CANALES: No hay nada más fácil que el autoengaño. Ya que lo...

El amor y el deseo son las alas del espíritu de las grandes hazañas.

Vivir sus deseos, agotarlos en la vida, es el destino de toda existencia.

El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir.

Nuestro deseo desprecia y abandona lo que tenemos para correr detrás de lo que no tenemos.

El hombre se dedica a desear en voz alta aquello que jamás se esfuerza en alcanzar.

No hay nada más fácil que el autoengaño. Ya que lo que desea cada hombre es lo primero que cree.