CANALES: ¡Que enmudezcan nuestras lenguas y empiecen a hablar...

Así como el hierro se oxida por falta de uso, también la inactividad destruye el intelecto.

Somos lo que hacemos, no lo que pensamos ni lo que sentimos.

¡Que enmudezcan nuestras lenguas y empiecen a hablar las manos!