CANALES: La usamos siempre que, después de haber fracasado dos...

La usamos siempre que, después de haber fracasado dos veces, confiamos en que en la tercera oportunidad conseguiremos lo que buscamos, ya sea que se trate de patear por tercera vez un penal cuando ya erramos dos, o cuando necesitamos confianza para invitar a alguien a salir pese a que ya hemos rebotado dos veces. El origen parece estar en el vocabulario de la lucha cuerpo a cuerpo (y en otras clases de enfrentamientos), en la que el luchador que derribaba tres veces a su adversario ganaba. Algunos sostienen también que, primitivamente, se consideraba ganador al que mejor se desempeñaba en un total de tres juegos. En ambos casos, el número mágico era: tres.