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CANALES: Muchisimas gracias Lali, me ha encantado tu relato....

Relato escrito para el Calecho por Lali hija de Martin.

El Caballo de Don Recaredo

Està historia se la oì contar a mì padre hace muchos, muchos años. Se que es cierta y tal vez aùn quede en Canales alguna persona que de fè del relato.
Canales comienza pasado el puente del arroyo de los molinos y por los años en que aconteció esta historia, eran màs o menos por el mil novecientos vente. La primera casa a la derecha cerca de las escuelas donde por aquel entonces reinaban com maestros Don Nicanor y Doña Piedad; pero dejemos las escuelas a parte y volvamos al relato principal.
Como les voy cotando, la primera cas con una hermosa finca alrededor era la conocida como la "casa de las medicas", aunque las mujeres que la habitaban ninguna tenia ese titulo; pero eran la esposa y las hijas del Doctor Don Recaredo
protagonista de nuestra historia.
Don Recaredo buen profesional, cumplidor, servicial a la par de amable, educado y muy dispuesto siempre a acudir donde fuesen necesarios sus servicios. Era un hombrecillo de baja estatura y cuerpo rechoncho, bestia con elegancia de los pies a la cabeza donde lucia un elegante sombrero de fieltro. negro que no se lo quitaba ni en verano ni invierno pues solia decir que lo que quita calor tambien quita frio.
Para sus desplazamientos a otros pueblos tenia un caballo de pelo pardo y no muy grande de estatura para no hacerle demassiado dificil al Doctor la tarea de montarlo. El animal se llamaba Gallardo y era cuidado como se merece alguien de tan grata utilidad. Siempre lo tenia cerca por si habia una urgencia.
Los hechos acontecieron a mediados de noviembre cuando el tiempo venía como Dios manda, otoños lluviosos y hasta novedosos porque entonces si que era cierto aquel dicho de que "Por los santos la nieve en los altos", y muchas veces más abajo.
Este año se anunciaba frio y nevoso; por eso el doctor cada tarde recogía a su gallardo para el establo que tenía al ladito de la casa.
Una tarde de dicho mes, el Doctor se clazo las botas y se fué al prado donde había dejado a su caballo por la mañana para que se nutriera de lña hierba que todavía quedaba en el prado.
Pero el caballo no estaba, el doctor sorprendido lo llamo y le silbo como tenía por costumbre; el animal no acudio a la llamada como era de esperar. ya muy preocupado el Doctor lo busco por todo aquel contorno, pero no vio ni rastro. Cansado y de mal humor regreso a su casa. En el camino de la romería; "que por aquel entonces era un barrio de solo tres casitas y un camino que por fuera del pueblo llegaba a la iglesia"; se encontro con Araceli sobrina de quico el molinero con quien vivía.
El Doctor le conto su problema y la chiquilla le prometio que si se acercaba por el molino se lo recogerían. Algo más tranquilo llego a su casa donde lo esperaban para cenar. El les conto lo sucedido, pero ellas no le dieron gran importancia y se pusieron a cenar, el no tenía muchas ganas por el disgusto de no encontrar a su querido caballo.
Como era de costumbre en familias cristianas después de cenar se rezaba el rosario con todas sus letanias y unos cuantos padrenuestros por los difuntos y por los vivos, a San Jose Patrón de la buena muerte, a San Antonio para que guarde nuestras almas y ganados... que el buen Doctor pidió más por su caballo que por su alma.
Era costumbre acostarse temprano pues la luz era escasa y cara, como hacía frio donde mejor se estaba era en la cama al calor de las mantas y al de la compañera "el que la tenía".
Don Recaredo no tenía ganas ni de arrimarse a su esposa y tampoco tenía sueño, pero fingio dormir para que su mujer no se preocupara por su problema; su esposa tampoco se podía dormir, pues también estaba preocupada por el problema de su marido y como no sabía que decirle se puso a rezar para ayudarle pero enseguida se quedo dormida. El Doctor no pudo conciliar el sueño y a eso de la medianoche sonaron un par de coces en la puerta del establo; el doctor sigiloso se tiro de la cama, se calzo las botas y con el tabardo a medio poner salio corriendo por las escaleras abajo, a tientas busco una linterna y la llave de la cuadra, abrio la puerta de atrás que era la más cercana a la cuadra pero al salir solo vió la nieve que empezaba a caer y sintió el frio de una desagradable ventisca; esto lo despejo por completo, miro y miro pero ni rastro del dichoso animal.
! mal lobo te coma por desagradecido! tanto que yo te mimo y te cuido y mira como me lo pagas murmuro el Doctor mientras se volvía a su cama muerto de frio.
A esa hora más o menos el Señor Petronilo que vivía en la plaza que da a la casa de los balcones, se había despertado para vaciar su vejiga, sintio los cascos de un caballo a todo galope y su curiosidad le llevo a la ventana y al asomarse vió al cabalolo del Doctor con un jinete sobre el lomo era de pequeño tamaño, pero como el doctor no era mucha cosa, esto hizo pensar que se trataba del Doctor. Petronilo saludo con un -buenas noches Don Recaredo-. Quedo algo extrañado Petronilo pues el doctor no le contesto ni con la mano. El frio de la noche desperto a su esposa Eufrasia que al verle junto a la ventana abierta y que la nieve entraba por ella hasta media habitación; con un tono de pocos amigos le grito a su marido ¿Se puede saber que diablos estás mirando? no ves como entra la nieve y el frio? cierra esa ventana que vas apillar una pulmonia. Petronilo conto a su mujer lo que habia acontecido y se quedaron preocupados ¿adonde podría ir por allí a aquellas horas?.
Al día siguiente por la mañana Petronilo dnado de comer a su ganado pues la nieve caida por la noche era más de una cuarta. Eufrasia que preparaba en la cocina el desayuno se sorprendio de ver al doctor y dos o tres vecinos en la calle; fué a contarselo a Petronilo que al oirlo se puso su zamarra y salio a la calle para saber que pasaba.
Al saber que el doctor buscaba su caballo el le conto lo que había visto por la noche. El doctor supo en ese momento que la montura de su caballo no era otro que un lobo; y al saber que había seguido su camino que va a la iglesia ya se imagino lo sucedido. Los vecinos lo acompañaron y no muy lejos de la iglesia monte arriba envontraron al pobre animal muerto y comido por varios lobos. LLoroso y afligido el doctor regreso a su casa después de agradecer el acopañamiento de los vecinos, a los que recomendo que no dejarán asus perros sueltos en unos días por si se acercaban al caballo y los lobos rondaban cerca.
Pero el pensamiento del medico era otro; llego a casa conto lo sucedido y se fué a su despacho donde estuvo largo rato preparando pocima de varias pastillas de sublimas; que era un veneno muy potente. Se abrigo bien y por el camino de la romería subio hasta donde estaba su caballo, los rocio bien por todas partes por el preparado que llevaba en dos botellas y se fue muy tranquilo a su casa; pero de esto no dijo nada a nadie.
Tres días después la nieve se había quitado y las ovejas ya podían salir a pastar.
El pastor con su perro mastín, que por su buen olfato olía al lobo desde lejos y ponía en aviso al pastor.
Apenas llegaron al monte el perro se planto delante del pastor, impidiendole cominar, esto era señal que algo pasaba.
El pastor trato de tranquilizar al perro y lo dejo allí para que las ovejas no se desperdigaran. El fué a mirar un poco más arriba y se quedo totalmente paralizado, pues al cadaver del caballo del doctor se unían los de cuatro lobos y dos zorros. El pastor se volvió para el pueblo y conto lo que había visto.
No hacia falta explicación alguna; todos sabían que era cosa del Doctor por ser el único con acceso al veneno y porque todos sabían el gran cariño que tenía a su caballo Gallardo.

Muchisimas gracias Lali, me ha encantado tu relato. En el Calecho te estamos muy agradecidos. Dede hoy tambien le pediremos a la Virgen de la Piedad por tu saluz. Un abrazo y muchisimas gracias