Jesús, aquellos a quien tanto amas, están enfermos. A ti que lo puedes todo, te pedimos humildemente, que les devuelvas la salud. Pero si son otros tus designios, te rogamos les concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.
Por los caminos de Palestina atendías a los enfermos, con tal delicadeza, que todos acudían a ti. Danos esa misma dulzura, ese tacto tan difícil de tener cuando se está sano. Que sepamos dominar nuestro nerviosismo para no agobiarlos, que sepamos sacrificar una parte de nuestras ocupaciones para acompañarles, si ese es su deseo.
Nosotros que estamos llenos de vida, te damos gracias por ello.
Amén
Por los caminos de Palestina atendías a los enfermos, con tal delicadeza, que todos acudían a ti. Danos esa misma dulzura, ese tacto tan difícil de tener cuando se está sano. Que sepamos dominar nuestro nerviosismo para no agobiarlos, que sepamos sacrificar una parte de nuestras ocupaciones para acompañarles, si ese es su deseo.
Nosotros que estamos llenos de vida, te damos gracias por ello.
Amén