El día peor empleado es aquél en que no se ha reído
El hombre que se ríe de todo es que todo lo desprecia. La mujer que se ríe de todo es que sabe que tiene una dentadura bonita.
Afortunado el hombre que se ríe de sí mismo, ya que nunca le faltará motivo de diversión.
Conviene reír sin esperar a ser dichoso, no sea que nos sorprenda la muerte sin haber reído.