CANALES: eso Carlos ven que te hacemos lugar y calor seguro...

Hoy he sonreido ante el artículo de Pedro Trapiello sobre la nueva cocina.
Tiene muchas razón. Lo comparto con todos vosotros:

Diario de León:

CORNADA DE LOBO

Lo que comiste

Todo mal que sale del cuerpo entró por la boca, gustan decir los amigos de razones simples e incontestables.

Según lo que comas, ¡toma Jeroma!...

Otra vez por estas fechas se hace noticia el Madrid Fusión, escaparate y feria de todas las agudas novedades y picudas originalidades de «la cocina en verso», lo más de lo más... y lo más de lo menos, que esta vez se han presentado platos que llevan madera como ingrediente a ingerir, ostitú... es la sensación de los telediarios que no se hartan de embutir (cada vez más) pasarelas de alta moda o extravagancias culinarias entre una noticia siria con treinta destripados y un gol muy cristiano repetido hasta cinco veces.

Mi abuelo solía decir que si el hombre (hoy diría «y la mujer») llegara un día a comer alfalfa, ya no habría hambre en el mundo... pero casi alcanzó a ver que los brotes de alfalfa serían moda delicada y cara ensaladita, aunque en jamás de los jamases hubiera imaginado que alguien comería un día virutas o serrín envueltos en besameles o guisos... ¡madera en el plato!... pues mira, hay monte y tampoco se pasaría hambre... o sí, porque viendo cómo cepillan tipos como Bárcenas, la selva amazónica les duraba tres semanas.

Pero hay dos verdades populares que, de ser ciertas (y tienen traza de serlo), piden poner cierta distancia con los novedosos experimentos de esa cocina que sale en cuché y a doscientos euracos el cubierto... dos verdades escaldadas: las enfermedades entran por la boca y... «de lo que comiste, come».

El abuelo de la Valdería vivió 111 años porque sin salir de su pueblo, vino a comer toda su vida siempre de lo mismo... de lo que comió comía, aunque aplicando a rajatabla esa verdad con que explicaba su longevidad, «poco plato, mucho zapato».

O sea, que viendo en la tele esas novedadas fusionadas del Madrid gastronómico, me entraron una ganas brutas e invernales de fabada asturiana, paella de coneja, caldo gallego, marmitako vasco, pisto manchego, patatas a la riojana, escudella catalana, pote de Potes, liebre con arvejas, sangre guisada, callos con garbanzos... imaginé toda esa España en mi mesa y me dije ¡esto es fusión!... contento de ser de aquí.

Hola Naye, yo soy de Vega de Gordón y vivo en Oliva (Valencia).

Sólo añadir que le ha faltado decir gazpacho andaluz, pulpo a la gallega, cocido madrileño, caldereta de cordero, lechazo castellano, bacalao a la vizcaína, cocido maragato, bacalao al pil-pil, la sopa castellana,... (y de lo que no me acuerdo)!

¡Hola Carlos P., le faltó bastante platos tìpicos de otras regiones, pero sobreententemos lo que quiere decir en su artículo, ¿verdad?

Bienvenido a este Calecho, que es tuyo tambien.
Un abrazo.

Gracias por la bienvenida.

La verdad es que me ha agradado mucho encontrar gente que recuerda y vive el sentido de la palabra "Calecho"... Muchas cosas buenas se han perdido que deberían volverse a vivir. Curiosamente se han sustituido por cosas... no tan buenas...

Saludos cordiales otra vez

Carlos pereira, bienvenido! Este calecho no tiene medida y hacemos un hueco en el escaño sin problemas!

eso Carlos ven que te hacemos lugar y calor seguro tendras al lado del fuego una buena charla tal vez algun choricin asado o una simple, rica y nutritiva patata... todo puede ser en este "el nuestro Calecho"