El año de este artículo es de marzo de l989. (Diario de León)
Recuerdo de Manuel Rabanal.
Florentino A. Diez
ABC, de primeros de los corrientes, nos informa en nota tan breve como enjundiosa del fallecimiento del ilustre leonés Manuel Rabanal Alvarez, catedrático de griego de la Universidad Compostelana, natural de Canales. “Era –dice ABC- un auténtico ejemplo de hombre sabio” y recuerda los profundos conocimientos que el profesor Rabanal poseía de la da la filología griega, así como” la gracia expositiva con que la mostraba”.
Manuel Rabanal, cursó su carrera de Filosofia y Letras -Lenguas Clásicas- en la universidad de Salamanca, obteniendo el Premio Extraordinario de Licenciatura y en la misma Universidad, se doctoró con la misma calificación académica.
Ganó por oposición la Cátedra de Griego de Instituto que ejerció algún tiempo en León. De entonces datan sus preciosos Haces de Estilo que publicaba con mucha frecuencia en el Diario de León, columna que sustituiría poco después por la de Vitrales en el mismo periódico. Estampas deliciosas de ensayos filosóficos,, de evocaciones entrañables, de puras impresiones donde lo estético enriqueció siempre lo literario y lo poético.
Porque poeta fue y en muy alto grado Manuel Rabanal. Recordemos hoy como muestra singular su extenso poema titulado El Cristo de Asorey, cuando ya se hallaba el frente de su cátedra de Griego en la Universidad de Santiago. Allí conoció y se casó con el gran amor de su vida Carmiña.
Manuel Rabanal no olvidó nunca a través de su obra la íntima llamada de sus Riberas del Rio Luna, que frecuentemente asociaba a la devoción por su nueva tierra madre de Galicia y asi surgían topónimos, locativos, patronímicos, que respondían a raíces poco comunes.
No es posible en este emocionado recuerdo de urgencia mencionar siquiera la mucha obra, los muchos libros y trabajos del profesor Rabanal. Si cabe recordar siempre su libro -El lenguaje y su duende, Historias mágicas y lógicas de las palabras, su Grecia viva o de “ como los griegos somos nosotros”, libro que, como el anterior, publicó esmeradamente la Editorial Prensa Española.
¿Cómo olvidar tampoco su incomparable traducción evocadora de de la poesía de Safo, y tantos y tantos textos griegos y de interpretaciones filosóficas, entroncadas en aquella prodigiosa Cultura que tanto alentó la obra ejemplar de nuestro paisano, inolvidables son sus habituales colaboraciones en la” tercera “ de A. B. C. o en el diario Ya, sus columnas de La Noche de Santiago de Compostela, o la principal prensa de la región donde discurrían sus inquietudes y su vida, esa tierra que siempre cantaría a Rabanal con las voces profundas de Rosalia de Castro o de Curro Enríquez.
Fundó la revista Gelmirez, de vida breve, pero suficientemente expresiva del genio creativo, poético y literario de Rabanal.
Él nos ha dejado también una gratísima síntesis biográfica del gran helenista decimonónico Lázaro Bardón, omañés de Inicio, que tuvo por alumnos, singularmente preclaros, al filipino Rizal y a Unamuno.. “ A tal maestro tales discípulos..”,
Pasados los años otro leonés seria el discípulo aventajado del Maestro Unamuno en su cátedra de Salamanca: Manuel Rabanal, nuestro Manocho.
Nos unió una amistad entrañable. Hace un par de años, las queridas gentes de Canales y de La Magdalena de Canales, como a él y a mí nos gustaba decir, bajo la inscripción de Asociación Cultural Carballo (ASCUCA), nos dedicaron a Manolo a y a mí un dia inolvidable. Manolo no pudo asisitir. La enfermedad le tenía ya atenazado. Lo representó quien mejor podía hacerlo, su Carmiña, la amada esposa ejemplar. A ella, y a sus hijas vayan ahora con nuestro dolor, nuestro recuerdo y nuestras oraciones.
Recuerdo de Manuel Rabanal.
Florentino A. Diez
ABC, de primeros de los corrientes, nos informa en nota tan breve como enjundiosa del fallecimiento del ilustre leonés Manuel Rabanal Alvarez, catedrático de griego de la Universidad Compostelana, natural de Canales. “Era –dice ABC- un auténtico ejemplo de hombre sabio” y recuerda los profundos conocimientos que el profesor Rabanal poseía de la da la filología griega, así como” la gracia expositiva con que la mostraba”.
Manuel Rabanal, cursó su carrera de Filosofia y Letras -Lenguas Clásicas- en la universidad de Salamanca, obteniendo el Premio Extraordinario de Licenciatura y en la misma Universidad, se doctoró con la misma calificación académica.
Ganó por oposición la Cátedra de Griego de Instituto que ejerció algún tiempo en León. De entonces datan sus preciosos Haces de Estilo que publicaba con mucha frecuencia en el Diario de León, columna que sustituiría poco después por la de Vitrales en el mismo periódico. Estampas deliciosas de ensayos filosóficos,, de evocaciones entrañables, de puras impresiones donde lo estético enriqueció siempre lo literario y lo poético.
Porque poeta fue y en muy alto grado Manuel Rabanal. Recordemos hoy como muestra singular su extenso poema titulado El Cristo de Asorey, cuando ya se hallaba el frente de su cátedra de Griego en la Universidad de Santiago. Allí conoció y se casó con el gran amor de su vida Carmiña.
Manuel Rabanal no olvidó nunca a través de su obra la íntima llamada de sus Riberas del Rio Luna, que frecuentemente asociaba a la devoción por su nueva tierra madre de Galicia y asi surgían topónimos, locativos, patronímicos, que respondían a raíces poco comunes.
No es posible en este emocionado recuerdo de urgencia mencionar siquiera la mucha obra, los muchos libros y trabajos del profesor Rabanal. Si cabe recordar siempre su libro -El lenguaje y su duende, Historias mágicas y lógicas de las palabras, su Grecia viva o de “ como los griegos somos nosotros”, libro que, como el anterior, publicó esmeradamente la Editorial Prensa Española.
¿Cómo olvidar tampoco su incomparable traducción evocadora de de la poesía de Safo, y tantos y tantos textos griegos y de interpretaciones filosóficas, entroncadas en aquella prodigiosa Cultura que tanto alentó la obra ejemplar de nuestro paisano, inolvidables son sus habituales colaboraciones en la” tercera “ de A. B. C. o en el diario Ya, sus columnas de La Noche de Santiago de Compostela, o la principal prensa de la región donde discurrían sus inquietudes y su vida, esa tierra que siempre cantaría a Rabanal con las voces profundas de Rosalia de Castro o de Curro Enríquez.
Fundó la revista Gelmirez, de vida breve, pero suficientemente expresiva del genio creativo, poético y literario de Rabanal.
Él nos ha dejado también una gratísima síntesis biográfica del gran helenista decimonónico Lázaro Bardón, omañés de Inicio, que tuvo por alumnos, singularmente preclaros, al filipino Rizal y a Unamuno.. “ A tal maestro tales discípulos..”,
Pasados los años otro leonés seria el discípulo aventajado del Maestro Unamuno en su cátedra de Salamanca: Manuel Rabanal, nuestro Manocho.
Nos unió una amistad entrañable. Hace un par de años, las queridas gentes de Canales y de La Magdalena de Canales, como a él y a mí nos gustaba decir, bajo la inscripción de Asociación Cultural Carballo (ASCUCA), nos dedicaron a Manolo a y a mí un dia inolvidable. Manolo no pudo asisitir. La enfermedad le tenía ya atenazado. Lo representó quien mejor podía hacerlo, su Carmiña, la amada esposa ejemplar. A ella, y a sus hijas vayan ahora con nuestro dolor, nuestro recuerdo y nuestras oraciones.
Buenos días, querido Calecho.
Cielos bastante nublados, pero con temperatura suave por los leones.
Os deseo a todos un buen miércoles.
Cielos bastante nublados, pero con temperatura suave por los leones.
Os deseo a todos un buen miércoles.