Luz y gas para ti
No sé si es justo, que después de tanta lucha y tantas plegarias te hayas muerto, porque tú no eras (y repito tus palabras) de las que se van, sino de las que se me llevan. Creíamos que tu dama del alba particular estaba derrotada, pero ya ves que no, que volvió con más ánimo y más fuerza y se os va a llevar a los dos, juntos, como siempre estuvisteis... Hoy me fallaron las fuerzas al despedirme de tí, al sentir tu mano entre las mías y ver esos ojos ausentes y esa última sonrisa, esa despedida final. Casi ni note la mano de tu hijo sobre mi hombro, pero sí su abrazo y su entereza... Pobre, lo que lleva sufrido y lo que le queda.
Ves, ahora sólo queda esperar que vuelvan los pájaros azules como cada primavera, como en el libro que tanto te gustaba de D. Frasure... Adios
Ves, ahora sólo queda esperar que vuelvan los pájaros azules como cada primavera, como en el libro que tanto te gustaba de D. Frasure... Adios