Que descanses en paz Mario, que descanses en paz: Me acabo de enterar que te has ido... aunque hacia días que tu cuerpo... ya se había ido. ¿? Y tú lo sabias desde hace tiempo, pero nunca un ¡ay! ni una queja salió de tu alma. Al contrario, has vivido plenamente con esa sonrisa perenne, con ese positivismo que tenías siempre, con esa cachaza de serenidad... aunque me imagino que en tu interior te preguntarias una y mil veces por qué.... pero para esa pregunta nunca tendremos respuesta.
¡Gracias Mario, por esa alegría contagiosa, por ese saber estar siempre, por tu relación con los enfermos tan humana, tan cordial, tan animosa... ¡Gracias Mario porque dejas ese pabellón muy alto como persona y como médico....!
Nuestro sentir se une a todos los pueblos del Ayuntamiento de Barrios de Luna, al Centro de Salud de La Magdalena, y a todos los que de una manera u otra nos atendió con esa profesionalidad y son ese estilo de vida tan esperanzador.
Un abrazo, a tu esposa, a tus hijos adolescentes, a tu familia.
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