Rendirse ante la adversidad es mostrarse de su parte.
a adversidad es nuestra madre; la prosperidad sólo es nuestra madrastra.
Los más insolentes en la prosperidad son en la adversidad los más temerosos.
La adversidad es ocasión de virtud.
Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma.
Claro que hay que romper las barreras, pero ¿con qué ariete?