El cielo se gana por favores. Si fuera por méritos usted se quedaría afuera y su perro entraría.
El sabio es quien quiere asomar su cabeza al cielo; y el loco es quien quiere meter el cielo en su cabeza.
El que busca el cielo en la tierra se ha dormido en clase de geografía.
El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos.
Sobre gustos no hay nada escrito.
Es fácil reconocer si el hombre tiene gusto: la alfombra debe combinar con las cejas.
El gusto está hecho de mil repulsiones.
La corrupción del gusto forma parte de la industria de los dólares y hace juego con ella