Supermercados, crisis y despoblación acaban con un tercio de las panaderías
En la capital sólo sobreviven 4 de las poco más de 200 que quedan en la provincia.
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manuel c. cachafeiro | león 29/04/2013
Muestra de panes tradicionales de la provincia de León.
ramiro
Casi un tercio de las panaderías leonesas han cerrado debido a la despoblación del medio rural y, sobre todo, a la creciente competencia de los supermercados y grandes superficies, que ha convertido el pan en un reclamo para que los consumidores entren en sus establecimientos, con precios por debajo de los costes de producción. De las 300 panaderías tradicionales que había en la provincia hace una década, hoy apenas quedan algo más de 200, según Pedro Picón Rebollo, que durante años fue el presidente de la asociación provincial, y que tiene una de las cuatro que a duras penas sobreviven en la capital.
«En unos casos ha sido porque la gente se ha ido jubilando, en otros porque cada vez queda menos gente en los pueblos y, en la mayoría de los casos, porque ya no es rentable», señala Pedro Picón.
El negocio de las panaderías ha ido cambiando. Apenas hay panaderías tradicionales, pero siguen creciendo los despachos de pan y, sobre todo, lo que ahora se llaman boutiques, con una oferta más diversificada. Hasta tal punto llega la competencia que, además de los supermercados, sólo en la ciudad de León están vendiendo pan casi 140 panaderías diferentes, que no sólo son de León sino también de otras provincias vecinas. En el caso de Rebollo, la más antigua que queda en León, el negocio acabará con Pedro después de casi cien años. «Tengo un hijo en paro pero las panaderías hoy son una ruina. Llegamos a tener 18 trabajadores; hoy tengo cuatro», se lamenta.
La competencia de las cadenas de supermercados hace que el pan no haya subido en los últimos años. Es más, cada vez se vende más barato hasta el punto de que en algunas provincias ya se vende la barra a 20 céntimos.
Según datos de la Federación de Panaderos de Castilla y León, el 75 por ciento del pan que consume en Castilla y León es ya congelado, que es el que se utilizan como base en los supermercados. El resto, un diez por ciento correspondería a otros tipos y el mismo porcentaje a chapata y rústico. En el cinco por ciento restante estarían otros tipos de panes como los de semillas, multicereales o aquellos que incorporan ingredientes como pasas, nueces...
Picón asegura que el pan congelado es también pan, aunque no es lo mismo que el que se hace en un horno de toda la vida, como es su caso y el de las panaderías tradicionales. Y pone como ejemplo: «Es como una merluza; no es lo mismo fresca que congelada».
En la capital sólo sobreviven 4 de las poco más de 200 que quedan en la provincia.
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manuel c. cachafeiro | león 29/04/2013
Muestra de panes tradicionales de la provincia de León.
ramiro
Casi un tercio de las panaderías leonesas han cerrado debido a la despoblación del medio rural y, sobre todo, a la creciente competencia de los supermercados y grandes superficies, que ha convertido el pan en un reclamo para que los consumidores entren en sus establecimientos, con precios por debajo de los costes de producción. De las 300 panaderías tradicionales que había en la provincia hace una década, hoy apenas quedan algo más de 200, según Pedro Picón Rebollo, que durante años fue el presidente de la asociación provincial, y que tiene una de las cuatro que a duras penas sobreviven en la capital.
«En unos casos ha sido porque la gente se ha ido jubilando, en otros porque cada vez queda menos gente en los pueblos y, en la mayoría de los casos, porque ya no es rentable», señala Pedro Picón.
El negocio de las panaderías ha ido cambiando. Apenas hay panaderías tradicionales, pero siguen creciendo los despachos de pan y, sobre todo, lo que ahora se llaman boutiques, con una oferta más diversificada. Hasta tal punto llega la competencia que, además de los supermercados, sólo en la ciudad de León están vendiendo pan casi 140 panaderías diferentes, que no sólo son de León sino también de otras provincias vecinas. En el caso de Rebollo, la más antigua que queda en León, el negocio acabará con Pedro después de casi cien años. «Tengo un hijo en paro pero las panaderías hoy son una ruina. Llegamos a tener 18 trabajadores; hoy tengo cuatro», se lamenta.
La competencia de las cadenas de supermercados hace que el pan no haya subido en los últimos años. Es más, cada vez se vende más barato hasta el punto de que en algunas provincias ya se vende la barra a 20 céntimos.
Según datos de la Federación de Panaderos de Castilla y León, el 75 por ciento del pan que consume en Castilla y León es ya congelado, que es el que se utilizan como base en los supermercados. El resto, un diez por ciento correspondería a otros tipos y el mismo porcentaje a chapata y rústico. En el cinco por ciento restante estarían otros tipos de panes como los de semillas, multicereales o aquellos que incorporan ingredientes como pasas, nueces...
Picón asegura que el pan congelado es también pan, aunque no es lo mismo que el que se hace en un horno de toda la vida, como es su caso y el de las panaderías tradicionales. Y pone como ejemplo: «Es como una merluza; no es lo mismo fresca que congelada».
¡Hola Lolin, es una pena que las panaderías artesanas y de toda la vida, desaparezcan. Pero hoy día con la que está cayendo no me extraña. Y más conla competencia que hay. Esperemos que en el pueblo, Luciano siga muuuuuuuuuuchos años.
Un abrazo.
Un abrazo.