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CANALES: Casi nadie repara por sí mismo en el mérito de otro.

La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.

Piensa el ladrón que todos son de su condición.

El que retiene algo que no necesita es igual a un ladrón.

A dónde podrá ir el que hasta aquí llegó, si más allá sólo fueron los muertos

El juego de ponerse límites a sí mismo es uno de los placeres secretos de la vida

Todo tiene sus límites.

Las maldiciones no van nunca más allá de los labios que las profieren.

Aunque tu mujer haya cometido cien faltas no la golpees ni con una flor.

Casi nadie repara por sí mismo en el mérito de otro.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
El mal de la calumnia es semejante a la mancha de aceite: deja siempre huellas.