Piensa el ladrón que todos son de su condición.
El que retiene algo que no necesita es igual a un ladrón.
A dónde podrá ir el que hasta aquí llegó, si más allá sólo fueron los muertos
El juego de ponerse límites a sí mismo es uno de los placeres secretos de la vida
Todo tiene sus límites.
Las maldiciones no van nunca más allá de los labios que las profieren.
Aunque tu mujer haya cometido cien faltas no la golpees ni con una flor.
Casi nadie repara por sí mismo en el mérito de otro.