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CANALES: buenas tardes, yá acabado este nuestro V ENCUENTRO...

Bailando un poco antes de comer, era para hacer ganas

Como este lugar de encuentro está muy tranquilo porque sus incondicionales están desperezándose de estas jornadas de fiesta, están todavía con ese resacón que dificulta el colocar las ideas, recuerdos que poco a poco, no dudo, van a ir desgranando para acompañar a las fotos que se irán colgando, me permito el compartir con vosotros la vivencias de esta gran fiesta. Lo haré por episodios, porque no os quiero privar de ninguna escena. Todas han quedado grabadas en mi disco duro particular y como una moviola, las vuelvo a pasar para disfrutarlas de nuevo.

ES-PEC-TA-CU-LAR! Así me ha parecido la V Fiesta del Calecho. Este año dedicado al centenario del Molino de Quico.
Me he encontrado flotando en una nube, en un entorno paradisíaco como es el molino, y no puedo por menos de dedicar una crónica de esta celebración, porque escribir sobre ella, es nuevamente disfrutarla…y porque echamos de menos a algunos incondicionales que sé que hubieran elegido estar con nosotros pero las circunstancias de la vida, dictaron otro destino. En consecuencia, tomo la libertad de ser los ojos de muchos de los que no pudieron estar, como Antonio Soneira y familia, de Alemania. Lola de Alicante, Alfredo Franganillo y familia, Ofelia y familia, Yoly, Almudena, … y todos aquellos calecheros virtuales, que son fieles seguidores día a día del Calecho: Paz de Brasil, Victoria Serna, Luis Miguel Oristela, Noemí, el ahijado del Presi… en fin, todo aquel que se considere parte integrante de este nuestro Calecho.
Preparar la merienda: empanada de morcilla, otra de queso de cabra y manzana, y lengua curada y lacón con cachelos, a la gallega, me ocupó la primera parte de la mañana del sábado 10 de agosto, día de la fiesta del Molino. Sin olvidar la cerveza que dejaríamos enfriar en el interior de la presa… el frescor más agradable para cualquier bebida estival, cargamos el coche de Juan que quedó en aportar el vehículo para llevar las viandas y evitar un auto más en una zona privilegiada.
Mi duda: “Juan… no llevo postre. Ah, yo tampoco! Yo llevo unas empanadillas y para de contar… picaremos de los demás, tranquila!”
Mi santo y yo cogimos las bicis pasando por La Romería y el despejado “camino de los molinos” y llegamos al lugar de encuentro y a la hora indicada en el programa.
Primera sorpresa: La mayoría de la gente ya estaba en la isleta del molino. Las mesas y los bancos, estaban perfectamente alineados, unos ya a la sombra… otros al sol… Juan, consulta el reloj, indica el movimiento de traslación del Planeta Tierra y señala: para las 14,30 h. la sombra ya estará en esta mesa (que ahora estaba a pleno sol y en consecuencia, vacía): ¡a por ella!. Desplegamos el mantel y colocamos los platos para formalizar la reserva. Las viandas debajo de la mesa, a la sombra, en espera.
Un espacio de tiempo perfecto para saludar a los integrantes del foro: Rosa Vidal y su marido. El incondicional Emilio que repitió viaje en solitario a sabiendas de lo bien acompañado que estaría estos días. La familia Lolin, Carlos+Mari, las alemanas Pili y su hija, Tuti y Modesto, con el nuevo miembro de la familia, Esla, preciosa e inquieta. Toño Cata y Pili, que esta vez eligieron presenciar este calecho en vivo y en directo. Naye y su familia… Ana y Alvaro… Carmina (esta vez como Presi…) Miguel Ruco… siempre Miguel, el que está… y está… y todo lo da. Pilarina emocionada por el detalle que Quiquín había tenido de reservar el sitio de su Toño, en aquella piedra gigante que hacía de mesa, debajo de aquel chopo, el lugar preferido de Toño. Reservado con la seguridad de que Él también estaba presente en esta fiesta…
Pana, Toño barbero y Aurora, Pili la de Gilio … Julianín que esta última temporada lo hemos tenido de protagonista…
Liliana… que estaba eufórica, como ya es habitual en ella. Fermi y su Antonio a la que encontré feliz y satisfecha de haberse levantado a las siete de la mañana para poder hacer la merienda (una de las ventajas de contar con vivienda propia).
Y tantos otros que irán apareciendo en esta crónica y otros muchos que estando, no los nombraré por desconocimiento de sus nombres. Aquello ya estaba a rebosar. AH! no quiero olvidar a Alegutal, que como un incondicional más estuvo grabando la celebración junto a un hijo (? ¿) que presumía a través de una camiseta, que representaba a Garaño. Un detalle de hermanamiento, digno de destacar.
Los de la organización tenían preparada una esquina del recinto con la megafonía (cortesía de nuestro músico oriundo Rober).
Se bailaron unas joticas con música de dulzaina para calentar motores y que sirviera de ensayo previo a la tarde. Ahí José Angel y Loren son los profesionales que dominan el baile y la música tradicional (bueno, lo dominan todo, para qué nos vamos a engañar!). Loren la veo con infinita paciencia para ensayar a los pequeños del pueblo que formaron parte del grupo jotas.
No tengo palabras para definir a Yardina y Marcos, que hacen una estupenda pareja. Mis mejores felicitaciones por la capacidad de diseño de Yardina, a parte de la total disponibilidad de la pareja. No pude por menos de presentarme a ella y rendirme a su buen hacer y acierto. Los programas no pueden estar mejor diseñados. Si es que cada año, desde que ella colabora, están mejor!. Vaya bicoca tiene la asociación con esta gran diseñadora. Reitero mis felicitaciones, no me canso…
La asociación tuvo el detalle de recordarnos el porqué estábamos allí y aprovechó para agradecer a Quico el dejarnos disfrutar por unos días de ese paraíso natural. Le hizo entrega de una placa de la Asociación del Calecho, que personalmente me gustó mucho: No sé si se aprecia en la foto que ya está colgada, pero es un placa en la que el texto y unos dibujos relativos al molino, están troquelados en una chapa de forja y que deja un espacio libre para permitir una iluminación por la noche que destaque el mensaje y los remitentes del mismo.
Se leyó la historia resumida del molino y nuestra Presi (Carmina Teso) hizo un alegato muy acertado para situarnos en los tiempos en que el molino no sólo se dedicó a la molienda, sino también proporcionó la luz tan necesaria e importante en aquellos tiempos en que si con la luz del día todo era color sepia, ya os supondréis el color predominante de la noche si fallaba la luz de Quico… ¡Qué bien aprovechada la energía de nuestro agua!... Me cuesta imaginar la vida sin la luz eléctrica que tímidamente se dejaba ver en la época de nuestros abuelos…., como mi madre me cuenta, se valían de los aguzos para alumbrar esas veladas de calechos, cuando la luz de Quico todavía no existía.
Igualmente la Asociación tuvo el detalle de recordar a los ausentes, a los que yo aprovecho para contar con detalle el minuto a minuto de nuestro V Encuentro; y también tuvo la cortesía de dar la bienvenida a los calecheros más internacionales que se acercaron por tierra, mar y aire a nuestra fiesta. Detalles como estos desplazamientos y los otros (más de interior) me hacen sentir orgullosa de este gran invento que es el Calecho de Canales.

Antes de contaros el desarrollo de la comida, he buscado entre mis papeles, el viaje introspectivo que realicé al molino de mi niñez y que os presenté en 2009. Hoy vuelvo a caminar hacia el molino… (porque estamos de cumpleaños, ya sabéis…)

“Más allá de la casa de Conchita está el molino de Quico. Juan se ha quedado corto cuando habla de él, con lo que allí disfrutó con Herminín y Vitorinín!.
Alguna vez fui pegadita a mis hermanos, sino no podría ser de otro modo ya que ellos siempre se las arreglaban para darme el esquinazo. (Tener hermanos para esto…!)
Allí se producía un viaje hacia la imaginación más desbordante. Era un lugar mágico donde nos transformábamos y nos podíamos convertir en Indiana Jones o Piratas en el Caribe. El tiempo se detenía…
Por un puente colgante te introducías en aquella isla, bordeada de vegetación, y comenzaba la transformación. Si seguías de frente, llegabas a la playa del rio Luna. Agua fresquita, río intrépido, imponía. Al fondo las casas de La Magdalena y el puente. Si elegías la nave de la izquierda, tenías a tu disposición unos vagones… una maquinaria… te asomabas al norte y te encontrabas una inmensa piscina natural donde saltaba alguna pintona…
Palomas, gallinas que se espantaban ante las carreras de los que jugábamos al escondite, conejos que campaban a su aire… El perro, al otro lado de la presa, atado con una cadena lo suficientemente larga como para no ignorarlo. Estábamos convencidos de que Vitorinín vivía en un paraíso que para nosotros hubiéramos querido.”
Seguidamente, os contaré el desarrollo de la comida…
Lo que queda en el recuerdo… Mariajesús Morla

¡Gracias Mª Jesús, por volver a escribir.... te decía el otro día que echaba de menos tus escritos... y ahora cuando lo leo, no los echaba de menos, sino mucho, pero mucho de menos.... Sigue con tu crónica... con tus recuerdos... con esa forma tan peculiar tuya que a todos nos hace revivir el pasado y el casi presente. Solo te pido que de vez en cuando " eches una canita" a las teclas y nos deleites con es forma de describir lo que vives y lo que recuerdas....
Sabes que es un placer hablar contigo.... y un placer también leerte...
Un abrazo...

buenas tardes, yá acabado este nuestro V ENCUENTRO CALECHERO y muy satisfechos, ilusionados y esperando el proximo, gracias Maria Jesus por llevar al papel escrito esos sentimientos que creo todos hemos tenido en estos dias.