Queridos
amigos: Ayer la despedida de Álvaro fue una quedada para llorar, para recordar a todos los que ya no están, para dolernos como si nos estuviesen arrancando la piel a tiras. Desde la
sombra, desde el dolor … te estoy llamando. Desde el
pozo asfixiante del recuerdo, sin nada que me sirva, ni te espere…Te estoy llamando, con la voz, con el cuerpo, con la vida, con todo lo que tengo y que no tengo, con desesperación, con sed, con llanto, como si fueras aire y yo me ahogara, como si fueras luz
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