Foto para un bello recuerdo.
A MARGARITA ALVAREZ.-
El pasado día 21 de septiembre he tenido el gusto de conocer, querida Margarita, a tu hermano Luis y tus sobrinos Bob y Xuchil y tras pasar unos días de relax en la Galicia profunda, repaso las fotos y comentarios de este foro a raíz de su visita y vuelven a mi los recuerdos que la misma me suscitó.
Me presentaste, Margarita, recién llegada, con cariño y admiración y a través de fotos antiguas, a tu hermano Luis destacando que había sido tan guapo que parecía un actor de cine. Y el otro día tuve el gusto de hablar con él y constaté lo que me dijiste, (toda vez que quien tuvo, retuvo), pero quedé sorprendida (y fue un sentimiento unánime y general) con lo que NO me dijiste: Y es que en los minutos en que conversamos, quedé sobrecogida con la claridad de su mente, la riqueza de su palabra, la generosidad de sus gestos y la altura de sus sentimientos.
Vi a tu familia, dejándose envolver por el cariño de este foro y los que tuvimos la suerte de formar parte de la comitiva de bienvenida (yo sólo asistí a la comida y merienda en el Molino, del sábado) nos transformamos en SU gente. Supongo que llegar a Canales, quedar envueltos en el cariño del pueblo y en el recuerdo de su historia y sus costumbres, donde poder entrever las raíces de vuestro padre, no dudo que podría ser, la expresión de la misma gracia divina. Es como cerrar un círculo, completar de forma maravillosa una cita con la vida.
Y es que, conociendo vuestra historia, permitidme la reflexión: la vida, entre otras cosas, es una forma de viajar.
Y abundando en esta reflexión, sigo pensando que regresar a este punto del planeta que es Canales, rodeado de valles y montes con la curiosidad de quien busca sus raíces y se busca a sí mismo y por eso se encuentra, y observar el discurrir del agua en el río Luna, y renovarse, y reparar en la luz de este verano que pasó ya a otoño, es un ejercicio de introspección que nos ayuda a interiorizar un mensaje: Hoy vuelvo a ti que sabes abrazar y acoger.
Ya lo dijo José Ángel al inicio de la comida, cuando reprodujo el mensaje que Luis un año antes envió al foro, deseando poder llevar a cabo un sueño y un abrazo. Como muy bien dijo el Presi… “en esto estamos”..
Y contestó a las palabras de recibimiento, Xochitl con gestos creativos con las manos, como habitualmente ella se expresa, como subrayando lo que dice al tiempo que te mira como confesando que sí, que se encuentran fascinados por el recibimiento, el cariño y la acogida.
Ellos han escuchado mil historias sobre la Iglesia parroquial, sobre las casas singulares, sobre el pendón… han aprendido de mi gente, su camino y su cimiento. Mi compañeros han sido cicerones en el recorrido por el lugar de descanso de nuestros y vuestros antepasados … (por cierto, siempre creo ver a mis antepasados muertos detrás de las cosas buenas de mi vida)
Y sí, durante dos días nuestro pueblo se volvió de fiesta, como fuera del tiempo. Y se celebró una comida y se convidó a los invitados como sólo Pepe sabe hacerlo… embutido, patatas con congrio y almejas, rabo de toro, bacalao y flan, cafés y chupitos. Y si esto fuera poco, la mayoría de los allí presentes aportaron rosquillas de Adela, mazapanes y bizcochos de la Fueya y el de los Catañales, tarta de queso (rica… rica!, Loren) roscas al horno y dulce sin nombre, de Miguel. Dos tortas fuchadas de Mª Nieves (espectaculares!) y sidra, mistela, orujos…para organizar una parva en el Molino, donde volvimos a contar con la generosidad de sus dueños, Quico y Olga, que nos introducen una vez más en un túnel del tiempo y nos hacen vivir el milagro de la luz y la molienda….
En la parva nos acompañaron Conchita, la madre de Gemma y Julia, representante de vuestra familia más cercana.
Siempre que me encuentro a Conchita la someto a un examen muy particular: …” y ahora dime, quién soy” y ella me mira con cara de sorpresa y me dice de corrido: eres mariajesús la hija de Amada. Premio! (otras veces se acuerda antes de mis abuelos, Juan y Aurelia). Hoy tenía buen día… estaba alucinada con todo el movimiento alrededor de los agasajados y enlaza unos recuerdos con otros. Ella habla acelerada con talento capaz de contar la vida a su manera como para corregirla y hacer de lo cotidiano un mito.
Luis la observa y no puede por menos de traer a la memoria a su madre y la recuerda, autónoma, independiente y decidida, sobreviviendo con alegría y sobrada energía en el país que le dio la acogida, siempre ejemplo para sus hijos que sorprendidos le preguntaban cómo sin saber inglés podía moverse en autobuses urbanos sin miedo a perderse. Cuenta cómo, lista como un ave, observaba el color de la piel del conductor. Si era de aspecto hispano, tenía la seguridad de ser atendida con total comprensión. Con qué gracia nos relató el episodio al adquirir la condición de ciudadana de los EE. UU.
Siento, creo que ya lo he dicho aquí en alguna ocasión, un respeto profundo por quienes, como mis padres, mueren con las botas puestas porque consideran que trabajar es construir. Y por eso, me conmueve la vida de quienes finalmente dejan tras de sí un legado después de haber pasado por mucho, por todo.
También tuvieron el acierto de captar los relatos de su madre mediante grabadora. Yo también lo hice con la mía, porque la historia se hace al contarla… y para que nada de lo importante se olvide: las dificultades y alegrías de la vida, el patrimonio, el antes y después de nuestros antepasados… todas las historias que de pequeña oí y no escuché; todas esas narraciones que entonces no sabía que me estaban convirtiendo en quien ahora mismo soy. Qué gran invento son las grabadoras! Vivimos en tiempos poco propicios para la memoria, por eso tenemos, por ejemplo, mucha memoria en nuestro ordenador pero carecemos de memoria histórica.
Todo esto viene como alusión a la lucidez y cultura con que se expresa Luis. Sí, observa y cuando conversa alterna recuerdo y silencios para acabar diciendo mucho más de lo que dice. Lleva todo su saber e ilusiones encima como un viajante de comercio. Atiende. Entiende. Regala respuestas y despierta torrencialmente emociones, no lo dudéis.
No quiero terminar este alegato sin reproduciros una frase de oro que Luis recitó sin titubeo alguno. Al hilo de la profesión de su hijo, (un hermano de Bob) que era director de un centro educativo, me indica que tiene en su despacho un texto sublime que dice: “Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”.
Y lo dijo en el momento y en el contexto adecuado… Me dejó alucinada… imaginaros: la palabra justa y la frase hecha y derecha. Chapeau!
Mi lucidez no llega ni para descalzar a Luis, tal es así que de su frase sólo me quedé con dos palabras: educar y templar … Después tuve que preguntarle al tío Google quien me facilitó esta cita de Pitágoras.
Quiero destacar la valía de los joteros José Angel y Loren. Ellos solos se bastan para mostrar en qué consiste el baile tradicional. Se visten y revisten… se transforman y nos deleitan acompañados por los sones del acordeón y el tambor magníficamente interpretados por nuestros amigos de Garaño, Alegutal y su hermano Bernardo. Qué satisfacción el contar con todos ellos, no lo dudéis!
Me viene a mi pantalla mental una imagen de José Ángel. Ya lo conocéis… argumentando y convenciendo a Conchita de que es necesario que se levante y se acerque a las escaleras del molino para formar parte de la foto de grupo que habéis visto… Como os digo, ya conocéis a José Ángel…. argumenta, le explica, le habla con la mirada… y de repente Conchita, buscando entre las imágenes de su memoria le interrumpe: ¿Y tu de quién eres? Y aquí me tienes a mi José Ángel contestando como el alumno a quien pillan sabiendo la lección, y recitando dice: Soy el hijo de Manolo el Carpintero, y la mi Delmina, ya sabes… (una escena para verla y reírse un rato…, os lo aseguro)
Margarita, no dudes que vuestra visita (la de ambos) nos ha llenado de satisfacción. Hemos disfrutado con todos vosotros y mi gente se ha volcado con la misma intensidad que lo hace con aquellos a los que considera uno de los suyos. Por lo tanto, mi recuerdo y cariño extensivo a nuestra querida Lili que desde Argentina nos visitó este pasado verano y al principio de esta aventura que es el Calecho. Nuestros amigos de Alemania, los Soneiras, a los que hemos echado de menos y deseamos verles pronto. Nuestro deseo de que se acerquen de forma real (además del virtual) Sandra de la familia Mendoza, también de Argentina. Pacita de Brasil, Celita desde Francia, y estos y otros amigos que desde cualquier punto del planeta se conectan para pasar una velada al calor del hogar de este Calecho, que es y será siempre vuestra casa. Un abrazo muy fuerte para todos, por todo lo que nos dais. Mariajesús Morla
El pasado día 21 de septiembre he tenido el gusto de conocer, querida Margarita, a tu hermano Luis y tus sobrinos Bob y Xuchil y tras pasar unos días de relax en la Galicia profunda, repaso las fotos y comentarios de este foro a raíz de su visita y vuelven a mi los recuerdos que la misma me suscitó.
Me presentaste, Margarita, recién llegada, con cariño y admiración y a través de fotos antiguas, a tu hermano Luis destacando que había sido tan guapo que parecía un actor de cine. Y el otro día tuve el gusto de hablar con él y constaté lo que me dijiste, (toda vez que quien tuvo, retuvo), pero quedé sorprendida (y fue un sentimiento unánime y general) con lo que NO me dijiste: Y es que en los minutos en que conversamos, quedé sobrecogida con la claridad de su mente, la riqueza de su palabra, la generosidad de sus gestos y la altura de sus sentimientos.
Vi a tu familia, dejándose envolver por el cariño de este foro y los que tuvimos la suerte de formar parte de la comitiva de bienvenida (yo sólo asistí a la comida y merienda en el Molino, del sábado) nos transformamos en SU gente. Supongo que llegar a Canales, quedar envueltos en el cariño del pueblo y en el recuerdo de su historia y sus costumbres, donde poder entrever las raíces de vuestro padre, no dudo que podría ser, la expresión de la misma gracia divina. Es como cerrar un círculo, completar de forma maravillosa una cita con la vida.
Y es que, conociendo vuestra historia, permitidme la reflexión: la vida, entre otras cosas, es una forma de viajar.
Y abundando en esta reflexión, sigo pensando que regresar a este punto del planeta que es Canales, rodeado de valles y montes con la curiosidad de quien busca sus raíces y se busca a sí mismo y por eso se encuentra, y observar el discurrir del agua en el río Luna, y renovarse, y reparar en la luz de este verano que pasó ya a otoño, es un ejercicio de introspección que nos ayuda a interiorizar un mensaje: Hoy vuelvo a ti que sabes abrazar y acoger.
Ya lo dijo José Ángel al inicio de la comida, cuando reprodujo el mensaje que Luis un año antes envió al foro, deseando poder llevar a cabo un sueño y un abrazo. Como muy bien dijo el Presi… “en esto estamos”..
Y contestó a las palabras de recibimiento, Xochitl con gestos creativos con las manos, como habitualmente ella se expresa, como subrayando lo que dice al tiempo que te mira como confesando que sí, que se encuentran fascinados por el recibimiento, el cariño y la acogida.
Ellos han escuchado mil historias sobre la Iglesia parroquial, sobre las casas singulares, sobre el pendón… han aprendido de mi gente, su camino y su cimiento. Mi compañeros han sido cicerones en el recorrido por el lugar de descanso de nuestros y vuestros antepasados … (por cierto, siempre creo ver a mis antepasados muertos detrás de las cosas buenas de mi vida)
Y sí, durante dos días nuestro pueblo se volvió de fiesta, como fuera del tiempo. Y se celebró una comida y se convidó a los invitados como sólo Pepe sabe hacerlo… embutido, patatas con congrio y almejas, rabo de toro, bacalao y flan, cafés y chupitos. Y si esto fuera poco, la mayoría de los allí presentes aportaron rosquillas de Adela, mazapanes y bizcochos de la Fueya y el de los Catañales, tarta de queso (rica… rica!, Loren) roscas al horno y dulce sin nombre, de Miguel. Dos tortas fuchadas de Mª Nieves (espectaculares!) y sidra, mistela, orujos…para organizar una parva en el Molino, donde volvimos a contar con la generosidad de sus dueños, Quico y Olga, que nos introducen una vez más en un túnel del tiempo y nos hacen vivir el milagro de la luz y la molienda….
En la parva nos acompañaron Conchita, la madre de Gemma y Julia, representante de vuestra familia más cercana.
Siempre que me encuentro a Conchita la someto a un examen muy particular: …” y ahora dime, quién soy” y ella me mira con cara de sorpresa y me dice de corrido: eres mariajesús la hija de Amada. Premio! (otras veces se acuerda antes de mis abuelos, Juan y Aurelia). Hoy tenía buen día… estaba alucinada con todo el movimiento alrededor de los agasajados y enlaza unos recuerdos con otros. Ella habla acelerada con talento capaz de contar la vida a su manera como para corregirla y hacer de lo cotidiano un mito.
Luis la observa y no puede por menos de traer a la memoria a su madre y la recuerda, autónoma, independiente y decidida, sobreviviendo con alegría y sobrada energía en el país que le dio la acogida, siempre ejemplo para sus hijos que sorprendidos le preguntaban cómo sin saber inglés podía moverse en autobuses urbanos sin miedo a perderse. Cuenta cómo, lista como un ave, observaba el color de la piel del conductor. Si era de aspecto hispano, tenía la seguridad de ser atendida con total comprensión. Con qué gracia nos relató el episodio al adquirir la condición de ciudadana de los EE. UU.
Siento, creo que ya lo he dicho aquí en alguna ocasión, un respeto profundo por quienes, como mis padres, mueren con las botas puestas porque consideran que trabajar es construir. Y por eso, me conmueve la vida de quienes finalmente dejan tras de sí un legado después de haber pasado por mucho, por todo.
También tuvieron el acierto de captar los relatos de su madre mediante grabadora. Yo también lo hice con la mía, porque la historia se hace al contarla… y para que nada de lo importante se olvide: las dificultades y alegrías de la vida, el patrimonio, el antes y después de nuestros antepasados… todas las historias que de pequeña oí y no escuché; todas esas narraciones que entonces no sabía que me estaban convirtiendo en quien ahora mismo soy. Qué gran invento son las grabadoras! Vivimos en tiempos poco propicios para la memoria, por eso tenemos, por ejemplo, mucha memoria en nuestro ordenador pero carecemos de memoria histórica.
Todo esto viene como alusión a la lucidez y cultura con que se expresa Luis. Sí, observa y cuando conversa alterna recuerdo y silencios para acabar diciendo mucho más de lo que dice. Lleva todo su saber e ilusiones encima como un viajante de comercio. Atiende. Entiende. Regala respuestas y despierta torrencialmente emociones, no lo dudéis.
No quiero terminar este alegato sin reproduciros una frase de oro que Luis recitó sin titubeo alguno. Al hilo de la profesión de su hijo, (un hermano de Bob) que era director de un centro educativo, me indica que tiene en su despacho un texto sublime que dice: “Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”.
Y lo dijo en el momento y en el contexto adecuado… Me dejó alucinada… imaginaros: la palabra justa y la frase hecha y derecha. Chapeau!
Mi lucidez no llega ni para descalzar a Luis, tal es así que de su frase sólo me quedé con dos palabras: educar y templar … Después tuve que preguntarle al tío Google quien me facilitó esta cita de Pitágoras.
Quiero destacar la valía de los joteros José Angel y Loren. Ellos solos se bastan para mostrar en qué consiste el baile tradicional. Se visten y revisten… se transforman y nos deleitan acompañados por los sones del acordeón y el tambor magníficamente interpretados por nuestros amigos de Garaño, Alegutal y su hermano Bernardo. Qué satisfacción el contar con todos ellos, no lo dudéis!
Me viene a mi pantalla mental una imagen de José Ángel. Ya lo conocéis… argumentando y convenciendo a Conchita de que es necesario que se levante y se acerque a las escaleras del molino para formar parte de la foto de grupo que habéis visto… Como os digo, ya conocéis a José Ángel…. argumenta, le explica, le habla con la mirada… y de repente Conchita, buscando entre las imágenes de su memoria le interrumpe: ¿Y tu de quién eres? Y aquí me tienes a mi José Ángel contestando como el alumno a quien pillan sabiendo la lección, y recitando dice: Soy el hijo de Manolo el Carpintero, y la mi Delmina, ya sabes… (una escena para verla y reírse un rato…, os lo aseguro)
Margarita, no dudes que vuestra visita (la de ambos) nos ha llenado de satisfacción. Hemos disfrutado con todos vosotros y mi gente se ha volcado con la misma intensidad que lo hace con aquellos a los que considera uno de los suyos. Por lo tanto, mi recuerdo y cariño extensivo a nuestra querida Lili que desde Argentina nos visitó este pasado verano y al principio de esta aventura que es el Calecho. Nuestros amigos de Alemania, los Soneiras, a los que hemos echado de menos y deseamos verles pronto. Nuestro deseo de que se acerquen de forma real (además del virtual) Sandra de la familia Mendoza, también de Argentina. Pacita de Brasil, Celita desde Francia, y estos y otros amigos que desde cualquier punto del planeta se conectan para pasar una velada al calor del hogar de este Calecho, que es y será siempre vuestra casa. Un abrazo muy fuerte para todos, por todo lo que nos dais. Mariajesús Morla
¡Hola Mª Jesús....! Tú escrito es una caricia para el alma. Y no sé que decir más..... porque las emociones salen sin querer mientras leía.... ¡Gracias, muchas gracias por compartir y sobre todo gracias por lo que nos haces sentir con tus palabras tan bien cosidas, tan bien bordadas..... Un abrazo.