… No os lo vais ni a imaginar! Según estoy escribiendo se esparce por mi casa el agradable olor de unos pimientos asados. Y es que hoy he ido a la plaza, y eso para mi es algo inusual. No me pasa lo que a ti, Emilio, que siempre nos hablas de esa actividad tan entretenida que es la de corredor de bolsa.
La verdad es que siempre José Luis me lo suele decir, “… te estás perdiendo algo que te va a gustar”, pero yo siempre me lío con otras cosas y delego la actividad de la compra… Incluso aborrezco entrar en el supermercado sin una idea previa de menú, lo que supone que todo se me venga encima. Lo miro sin apetencia… y veo nada nuevo por descubrir… nada tentador… Si me paro ante un producto, me cuestiono todo eso de las grasas saturadas… los productos transgénicos… los aditivos, conservantes y antioxidantes que dejan a una desarmada. Estos razonamientos deben ser propios de la edad (no sé si me gusta…) Prefiero pensar que algo se me habrá contagiado de Pili y Gilio …
El caso es que esta mañana he accedido a ir a la Plaza (el mercado del sábado en la Plaza Mayor). Estaba la mañana preciosa, típica de otoño y la plaza estaba llena de esos productos considerados SANOS, SANOS… frutas, verduras, legumbres, setas, hortazalizas…
En un puesto había castañas y como el marketing también ha llegado a los mercados, observo que se traen su cocinita y aprovechan para asar castañas y animar a la gente a su consumo. Ni que decir tiene que me acordé del cartel de La Fueya y del próximo Magosto. (Espero poder degustarlas)
Y nos paramos en el puesto de las legumbres… Miguel, también había judías como estas que tu preparas con ese choricito… Y otras muchas variedades… pero qué precios! Para que os hagáis una idea, os diré que había una variedad de pinta, con un nombre vasco (del cual no me acuerdo), que estaba a 6 €, y decían que en San Sebastián estaban a 18 euritos de nada. La comparativa animaba, la verdad… pero gastarse en un puesto de legumbres lo que cuesta un jamón hace rebelarse ante la congelación de los sueldos, os lo aseguro.
Y pienso que podría ser muy rentable dedicar la finca de Conyana a la legumbre. Habrá que planteárselo…
Al salir de la Plaza camino del Húmedo para terminar con el típico aperitivo, mi santo consiguió la tan buscada berza de "asa de cántaro" que llevaba tiempo deseando hincarle el diente y yo me encontré ante algo que no me pude resistir: pipas en una auténtica cabeza de girasol. Creo que desde que era pequeña, en la casa de los castañales, no las había vuelto a comer directamente de la propia cabeza de girasol. Y ya véis, no me dolieron los 2 euritos que pagué por ella. Las como y me transportan por ese túnel del tiempo del que hablamos con frecuencia en este calecho.
Mariajesús Morla
La verdad es que siempre José Luis me lo suele decir, “… te estás perdiendo algo que te va a gustar”, pero yo siempre me lío con otras cosas y delego la actividad de la compra… Incluso aborrezco entrar en el supermercado sin una idea previa de menú, lo que supone que todo se me venga encima. Lo miro sin apetencia… y veo nada nuevo por descubrir… nada tentador… Si me paro ante un producto, me cuestiono todo eso de las grasas saturadas… los productos transgénicos… los aditivos, conservantes y antioxidantes que dejan a una desarmada. Estos razonamientos deben ser propios de la edad (no sé si me gusta…) Prefiero pensar que algo se me habrá contagiado de Pili y Gilio …
El caso es que esta mañana he accedido a ir a la Plaza (el mercado del sábado en la Plaza Mayor). Estaba la mañana preciosa, típica de otoño y la plaza estaba llena de esos productos considerados SANOS, SANOS… frutas, verduras, legumbres, setas, hortazalizas…
En un puesto había castañas y como el marketing también ha llegado a los mercados, observo que se traen su cocinita y aprovechan para asar castañas y animar a la gente a su consumo. Ni que decir tiene que me acordé del cartel de La Fueya y del próximo Magosto. (Espero poder degustarlas)
Y nos paramos en el puesto de las legumbres… Miguel, también había judías como estas que tu preparas con ese choricito… Y otras muchas variedades… pero qué precios! Para que os hagáis una idea, os diré que había una variedad de pinta, con un nombre vasco (del cual no me acuerdo), que estaba a 6 €, y decían que en San Sebastián estaban a 18 euritos de nada. La comparativa animaba, la verdad… pero gastarse en un puesto de legumbres lo que cuesta un jamón hace rebelarse ante la congelación de los sueldos, os lo aseguro.
Y pienso que podría ser muy rentable dedicar la finca de Conyana a la legumbre. Habrá que planteárselo…
Al salir de la Plaza camino del Húmedo para terminar con el típico aperitivo, mi santo consiguió la tan buscada berza de "asa de cántaro" que llevaba tiempo deseando hincarle el diente y yo me encontré ante algo que no me pude resistir: pipas en una auténtica cabeza de girasol. Creo que desde que era pequeña, en la casa de los castañales, no las había vuelto a comer directamente de la propia cabeza de girasol. Y ya véis, no me dolieron los 2 euritos que pagué por ella. Las como y me transportan por ese túnel del tiempo del que hablamos con frecuencia en este calecho.
Mariajesús Morla
Mariajesus, cuentas las cosas de tal manera que hasta aquí me llega el olor de esos pimenticos asados,... me encantan, yo los prefiero a un filete.
Pimietos champiñones,... y las castañas, yo las compro y las aso en la placa eléctrica, les doy un corte para que no exploten y allí un poco y las vuelvo y bueno me saben tan ricas como las que traia mi padre los martes del Castillo que habia feria y se las compraba a La Pucha. NO HAY MEJOR CASTAÑA QUE LA MIA Y LA DE MI HERMANA MARIA, era como las anunciaba. ¡Que tiempos aquellos! Como ha cambiado todo en poco tiempo. Bueno de recuerdos tambien se vive,....
Gracias Mariajesús por los buenos ratos que pasamos con tus relatos, Un beso.
Pimietos champiñones,... y las castañas, yo las compro y las aso en la placa eléctrica, les doy un corte para que no exploten y allí un poco y las vuelvo y bueno me saben tan ricas como las que traia mi padre los martes del Castillo que habia feria y se las compraba a La Pucha. NO HAY MEJOR CASTAÑA QUE LA MIA Y LA DE MI HERMANA MARIA, era como las anunciaba. ¡Que tiempos aquellos! Como ha cambiado todo en poco tiempo. Bueno de recuerdos tambien se vive,....
Gracias Mariajesús por los buenos ratos que pasamos con tus relatos, Un beso.
Buenos días a todos: hoy parece que promete lluvia y sin embargo se mantiene. Eso nos ha permitido acercarnos al rastro, a visitar a los chamarileros que es un lugar que me encanta.
Es divertido ver revistas de los años 50, con sus figurines de moda. Libros escolares que llegas a reconocer. Las llaves, cerrojos, clavos antiguos… provenientes de portones imaginados de importantes facendas. Restos de posibles herencias,... piezas de cuberterías sueltas. Me llamó la atención la foto de un niño de comunión interrogándome sobre su identidad y su destino… Me entristece los restos que deduces provienen de iglesias. Cuánto tesoro hubo en nuestras parroquias y cuánto expolio como consecuencia de la ignorancia de todos y la habilidad de unos pocos. En mis manos tuve un trozo de madera policromada que se presumía de un retablo. Dos piezas torneadas también de madera con acabado en pan de oro, que circundan los sagrarios… En fin, se encuentran cosas interesantes, unos días más que otros, ya se sabe. He venido contenta con un garrafón tejido con mimbre del estilo de alguno que ha hecho nuestro artesano cestero. Este tenía la pátina de los años, también muy bien tejido, con una cadeneta que separaba el cuello del cuerpo del botellón y con una correa de cuero que servía para transportarlo. Según lo llevaba podía parecer un bolso-cabás de estilo vintage….
Hubiera sido una adquisición interesante si no fuera que terminó encareciéndose por la multa de aparcamiento que nos esperaba en el coche… (cuidadín a los que venís al rastro… aquí están a la desesperada para la imposición de multas, no perdonan…)
El rastro de chamarileros es un lugar vivo donde la gente mayor se pone muy contenta al ver los aperos de labranza, los collares de los burros, las tajas, las tinajas de barro para la manteca, como así recordaba una señorina parlanchina que se me colocó a mi vera. Creo que en mi casa todavía tengo manteca en alguna de esas ollas (lo que me asalta un duda: pero será que la manteca de entonces, no caducaba? Raro… raro…)
Hoy había un grupo de bicis, (también uno se puede preguntar su procedencia, ya sabéis, si os falta alguna bici, visitar el rastro por si allí la encontráis a buen precio) sólo dos podrían ser catalogadas como antiguas, una se parecía a la de Vicente (que lo hemos resucitado hace unos días). Pero ninguna de ellas, como la de D. Joaquín. Por una de esas, bien se podía regatear.
Y es que en estos sitios el regateo es fundamental, hay que pujar al 50% para poder conseguir un abaratamiento de un 20 %. Así terminamos todos con la satisfacción de haber ganado.
En definitiva, que se pasa un buen rato y en consecuencia o animo a que visitéis los que se celebran en vuestras ciudades y nos acerquéis algún objeto curioso. También hay sitio para los coleccionistas, seguro que Alfredo conoce estos sitios donde se puede encontrar hasta chapas de tapones de botellas de champan.
Pili, querida, tu seguro que conoces estos rastros y también los mercados. Por esas tierras de Alicante y Valencia, donde está ubicada la huerta de España por excelencia tiene que ser un placer visitar los días de mercado, inundados de colores rojos, amarillos y verdes, esas frutas y verduras… qué maravilla. Aquí están llegando las primeras naranjas, pero la degustación que tenían en algún puesto nos decía que aún les queda un punto de acidez. Y ni que decir tiene que cuando llegan a León han perdido la frescura y olor que tenían aquellas mandarinas que trajo Carlos. No tienen nada qué ver… Vaya riqueza que tenéis por ahí, hay que reconocerlo! Mariajesús Morla
Es divertido ver revistas de los años 50, con sus figurines de moda. Libros escolares que llegas a reconocer. Las llaves, cerrojos, clavos antiguos… provenientes de portones imaginados de importantes facendas. Restos de posibles herencias,... piezas de cuberterías sueltas. Me llamó la atención la foto de un niño de comunión interrogándome sobre su identidad y su destino… Me entristece los restos que deduces provienen de iglesias. Cuánto tesoro hubo en nuestras parroquias y cuánto expolio como consecuencia de la ignorancia de todos y la habilidad de unos pocos. En mis manos tuve un trozo de madera policromada que se presumía de un retablo. Dos piezas torneadas también de madera con acabado en pan de oro, que circundan los sagrarios… En fin, se encuentran cosas interesantes, unos días más que otros, ya se sabe. He venido contenta con un garrafón tejido con mimbre del estilo de alguno que ha hecho nuestro artesano cestero. Este tenía la pátina de los años, también muy bien tejido, con una cadeneta que separaba el cuello del cuerpo del botellón y con una correa de cuero que servía para transportarlo. Según lo llevaba podía parecer un bolso-cabás de estilo vintage….
Hubiera sido una adquisición interesante si no fuera que terminó encareciéndose por la multa de aparcamiento que nos esperaba en el coche… (cuidadín a los que venís al rastro… aquí están a la desesperada para la imposición de multas, no perdonan…)
El rastro de chamarileros es un lugar vivo donde la gente mayor se pone muy contenta al ver los aperos de labranza, los collares de los burros, las tajas, las tinajas de barro para la manteca, como así recordaba una señorina parlanchina que se me colocó a mi vera. Creo que en mi casa todavía tengo manteca en alguna de esas ollas (lo que me asalta un duda: pero será que la manteca de entonces, no caducaba? Raro… raro…)
Hoy había un grupo de bicis, (también uno se puede preguntar su procedencia, ya sabéis, si os falta alguna bici, visitar el rastro por si allí la encontráis a buen precio) sólo dos podrían ser catalogadas como antiguas, una se parecía a la de Vicente (que lo hemos resucitado hace unos días). Pero ninguna de ellas, como la de D. Joaquín. Por una de esas, bien se podía regatear.
Y es que en estos sitios el regateo es fundamental, hay que pujar al 50% para poder conseguir un abaratamiento de un 20 %. Así terminamos todos con la satisfacción de haber ganado.
En definitiva, que se pasa un buen rato y en consecuencia o animo a que visitéis los que se celebran en vuestras ciudades y nos acerquéis algún objeto curioso. También hay sitio para los coleccionistas, seguro que Alfredo conoce estos sitios donde se puede encontrar hasta chapas de tapones de botellas de champan.
Pili, querida, tu seguro que conoces estos rastros y también los mercados. Por esas tierras de Alicante y Valencia, donde está ubicada la huerta de España por excelencia tiene que ser un placer visitar los días de mercado, inundados de colores rojos, amarillos y verdes, esas frutas y verduras… qué maravilla. Aquí están llegando las primeras naranjas, pero la degustación que tenían en algún puesto nos decía que aún les queda un punto de acidez. Y ni que decir tiene que cuando llegan a León han perdido la frescura y olor que tenían aquellas mandarinas que trajo Carlos. No tienen nada qué ver… Vaya riqueza que tenéis por ahí, hay que reconocerlo! Mariajesús Morla