Hoy mas que ningún día quiero darte las gracias por concederme ese favor que te pedí y que mi tía cada día lo hacía, que cuando llegará sus últimos momentos fuera una muerte tranquila y así a sido, compartió asta su último día la compañía y cariño de compañeros y trabajadores de residencia y en sólo un día se apagó tranquilo y sin dolor su cansado corazón