A NUESTRO SEÑOR PRESIDENTE, SIEMPRE CON EL DEBIDO RESPETO Y CONSIDERACIÓN,
Muy Señor Mío: Por la presente me dirijo a Vd. con un ruego que intento sea claro y conciso.
Soy consciente de que su persona vela día a día por la buena salud de la asociación que Vd. tiene a bien presidir. Es algo que personalmente quiero agradecerle. En sus manos y en las de otros cuatro compañeros nuestros recae en estos momentos la responsabilidad de que la “nave calechera” surque los mejores mares con vientos favorables. Por ello su manera de involucrarse en tareas recaudatorias para que todos los que somos socios, cumplamos con nuestras obligaciones contributivas, dice a su favor que podemos confiar plenamente en que nuestras arcas estén lo suficientemente saneadas, para que se puedan llevar a cabo unas estupendas fiestas estivales y demás eventos que se tercien a lo largo del presente año.
Expuesto todo lo anterior, solicito a Vd. la inclusión tanto mía, como de mi pareja y la del mismo 04, en la cena del sábado de Resurección, acatando la obligación de ingerir resignadamente todo cuanto se sirva, tanto en platos como en vasos y fuentes o ensaladeras. Asimismo solicito a los postres de la misma, cánticos populares acompañados de la oportuna percusión tradicional.
Una vez expuestas mis súplicas, las cuales no me cabe la menor duda que con su recto proceder resolverá, le deseo Dios guarde a vd. muchos años.
En mi casa, a cuatro de marzo del año en curso.
Muy Señor Mío: Por la presente me dirijo a Vd. con un ruego que intento sea claro y conciso.
Soy consciente de que su persona vela día a día por la buena salud de la asociación que Vd. tiene a bien presidir. Es algo que personalmente quiero agradecerle. En sus manos y en las de otros cuatro compañeros nuestros recae en estos momentos la responsabilidad de que la “nave calechera” surque los mejores mares con vientos favorables. Por ello su manera de involucrarse en tareas recaudatorias para que todos los que somos socios, cumplamos con nuestras obligaciones contributivas, dice a su favor que podemos confiar plenamente en que nuestras arcas estén lo suficientemente saneadas, para que se puedan llevar a cabo unas estupendas fiestas estivales y demás eventos que se tercien a lo largo del presente año.
Expuesto todo lo anterior, solicito a Vd. la inclusión tanto mía, como de mi pareja y la del mismo 04, en la cena del sábado de Resurección, acatando la obligación de ingerir resignadamente todo cuanto se sirva, tanto en platos como en vasos y fuentes o ensaladeras. Asimismo solicito a los postres de la misma, cánticos populares acompañados de la oportuna percusión tradicional.
Una vez expuestas mis súplicas, las cuales no me cabe la menor duda que con su recto proceder resolverá, le deseo Dios guarde a vd. muchos años.
En mi casa, a cuatro de marzo del año en curso.