Y ahora un remedio para la tosferina y este yo misma lo recibi. Cuando subían para el
puerto los rebaños de
ovejas merinas decían que era muy bueno meter (al que padeciera esa enfermedad) en el rebaño y respirar el olor que dejaban las ovejas. Yo no se si del olor se me quitarían aquellos ataques de tos. Mas bien creo que se quitaron del susto de ver aquellos carneros que parecían
toros de lidia, acompañaos de los mastines y viéndolos a mi altura, QUE digo a mi altura sobresalían por encima de mi