EL AGUILA DESPLUMADA. Un hombre había atrapado un águila y, tras cortarle las plumas para que no pudiera escaparse, la encerro en un corral con sus gallinas. Alli, el ave se sentía como una reina encarcelada y se pasaba todo el dia en un rincón, entristecida y sin apenas comer. Para su fortuna, paso por la granja un hombre que, viendola tan desvalida y con tan mal aspecto, decidio comprársela al dueño y darle una segunda oportunidad. Lo primero que hizo fue arrancarle las plumas cortadas y esperar a que creciesen de nuevo. En cuanto el águila recobro su bello plumaje, empezo de nuevo a batir las alas y, en pocos días, alzo el vuelo. La rapaz estaba tan agradecida con aquel hombre que le devolvió la libertad que decidio regalarle la primera presa que capturo, una liebre.
Una zorra, que la vio, se acerco maliciosamente y le dijo:"No le lleves ese regalo a quien te libero, sino al que te capturo. El primero es bueno por naturaleza y a quien debes alagar para que no te haga de nuevo lo mismo es al que te encerro con sus gallinas". La incauta águila le hizo caso y el granjero volvió a atraparla y le corto las plumas. No lo olvidemos, siempre hay que ser generoso con las personas buenas y, por prudencia, hay que alejarse de los malvados que insinúan hacer lo incorrecto.
Una zorra, que la vio, se acerco maliciosamente y le dijo:"No le lleves ese regalo a quien te libero, sino al que te capturo. El primero es bueno por naturaleza y a quien debes alagar para que no te haga de nuevo lo mismo es al que te encerro con sus gallinas". La incauta águila le hizo caso y el granjero volvió a atraparla y le corto las plumas. No lo olvidemos, siempre hay que ser generoso con las personas buenas y, por prudencia, hay que alejarse de los malvados que insinúan hacer lo incorrecto.