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La fuente de las plegaras. Esta calle es la que comunica la Plaza Mayor con la Plaza de San Martín. Está totalmente peatonalizada y en ella podemos encontrar la Iglesia de San Martín. Es la calle Plegarias.
Su nombre le viene de un hecho histórico que ocurrió en esa calle. Cuentan que a la muerte de Fernando IV, le sucede Alfonso XI, que por su corta edad era conocido como el Rey niño. Su madre Doña Constanza, perseguida por los adversarios del Rey, se refugia en León en una casa del barrio de San Martín.
La víspera de Viernes Santo salen de su casa y son sorprendidos por algunos enemigos del Rey que tratan de matarle. En medio de la reyerta Alfonso XI huye, pero su madre no lo sabe pues había caído desmayada en los brazos de su doncella Beatriz.
El día de Viernes Santo, sale la procesión de la Iglesia de San Martín y cuando va camino de la Plaza de San Martín, Doña Constanza, vestida de luto y envuelta en lágrimas, se hinca de rodillas delante del paso de la Vigen Dolorosa y entre sollozos exclama una plegaria a la Virgen: ""Reina y madre dolorosa. Tu que sabes de dolores y de sangre, escucha mi plegaria suplicante. Yo también soy reina y esclava. Quieren matar a mi hijo y matarse luego nuestros hijos entre sí... Reina y madre, pues que lo eres, pon remedio a nuestros males, que te lo pedimos todos ante ti postrados...".
Su nombre le viene de un hecho histórico que ocurrió en esa calle. Cuentan que a la muerte de Fernando IV, le sucede Alfonso XI, que por su corta edad era conocido como el Rey niño. Su madre Doña Constanza, perseguida por los adversarios del Rey, se refugia en León en una casa del barrio de San Martín.
La víspera de Viernes Santo salen de su casa y son sorprendidos por algunos enemigos del Rey que tratan de matarle. En medio de la reyerta Alfonso XI huye, pero su madre no lo sabe pues había caído desmayada en los brazos de su doncella Beatriz.
El día de Viernes Santo, sale la procesión de la Iglesia de San Martín y cuando va camino de la Plaza de San Martín, Doña Constanza, vestida de luto y envuelta en lágrimas, se hinca de rodillas delante del paso de la Vigen Dolorosa y entre sollozos exclama una plegaria a la Virgen: ""Reina y madre dolorosa. Tu que sabes de dolores y de sangre, escucha mi plegaria suplicante. Yo también soy reina y esclava. Quieren matar a mi hijo y matarse luego nuestros hijos entre sí... Reina y madre, pues que lo eres, pon remedio a nuestros males, que te lo pedimos todos ante ti postrados...".