Visperas de Corpus
Me han llegado noticias virtuales del pueblo. Parece ser que si habrá fiesta de Corpus en Canales. La gente se resiste a perder la tradición y es normal. Alguien se ha esforzado por recuperarla, y está demostrado que el que quiere puede.
Nunca he sabido, tampoco lo he preguntado, por qué, si El Corpus siempre cae en jueves, en Canales se celebra en viernes. La fiesta mayor el viernes, corpines el sábado y el domingo fin de fiesta. Este año sólo el viernes, pero algo, es mejor que nada.
Como me gustaría estar allí. Hace muchos años que no la disfruto. Aunque no sé, casi prefiero mantener el recuerdo del pasado.
Hoy la juventud está de vuelta de todo, pero para los jóvenes de antaño estas fiestas eran esperadas durante todo el año.
Entonces no había discotecas, móviles, televisión, y no digamos internet.
Los únicos días de “diversión” de conocerse, de alternar, eran las fiestas patronales de la época estival en los pueblos de los alrededores. El inicio de la temporada estaba marcado por La Ascensión en La Magdalena. Luego El Corpus, Santiago, Nuestra Señora, etc y finalizaba con el verano y la fiesta de San Mateo el veintiuno de Septiembre. A unas y otras se acudía a pie, en bicicleta o en algún coche apretujados los mas afortunados. A veces la caja de algún camión era bien recibida, eso si, con cuidado de no mancharse los vestidos nuevos con los residuos negros del carbón que transportaban a diario.
Entre los vecinos no existían muchas discrepancias en la forma de organizar el evento.
No existía la Democracia, ni concejalías de cultura…ni falta que hacían.
Las tareas estaban muy bien repartidas. Los mozos formaban la “comisión”. Las mozas después del Rosario durante los domingos anteriores, iban de casa en casa pidiendo a los vecinos su contribución para el festejo. Cada uno lo que buenamente podía. Los que se iban a beneficiar con la celebración, como eran los bares, se estiraban un poco mas.
Todo se anotaba en un cuaderno. Las cuentas claras.
Según la recaudación se contrataban los músicos, se compraba cohetes, fuegos de artificio. También el cordero o la bicicleta que se iba a rifar el domingo, cuya venta de papeletas había aumentado el “haber” en caja.
Ya en vísperas, el propio jueves de Corpus se iniciaban los preparativos. Era festivo y aunque las labores del campo no se paralizaban del todo, sólo se hacía lo imprescindible.
En las casas se empezaba a preparar la comida para el día siguiente.
Se mandaba matar el cordero, casi siempre de producción propia que se reservaba para el festín. La ensaladilla rusa, con mayonesa casera hecha con la mano del mortero, todo un ritual. Y aquella crema moka con la que rellenaba el mazapán hecho un par de días antes. Y el merengue con que se adornaba, a fuerza de batir la clara del huevo con un tenedor…Todo casero
Las mozas adornaban la iglesia. Sacaban brillo a los candelabros, y ponían flores en todos los jarrones disponibles. Nada de floristerías. Se traían brazadas de flor de azahar, lilas y alguna peonía, de la escuela o de algunos vecinos y se hacían las composiciones florales en el mismo portal de la iglesia.
Los mozos cortaban ramos de los castañales con los que confeccionaban un enorme arco en la entrada de la calle de los Balcones, donde salvo alguna excepción se celebraba el baile,. Colgaban guirnaldas de coloridas banderitas de papel de uno a otro lado de la calle, unos cables con bombillas de luz mortecina y montaban un rudimentario “templete” para los músicos, muchas veces pegado a la pared de la casa de Tina.
Se repasaban y se daban los últimos retoques a los vestidos, que en muchos casos eran de estreno.
.
Y se iban a dormir satisfechos y con esperanza por lo que se avecinaba.
Rezando para que el día siguiente amaneciera despejado y nada lo estropeara.
Que asi sea.
Me han llegado noticias virtuales del pueblo. Parece ser que si habrá fiesta de Corpus en Canales. La gente se resiste a perder la tradición y es normal. Alguien se ha esforzado por recuperarla, y está demostrado que el que quiere puede.
Nunca he sabido, tampoco lo he preguntado, por qué, si El Corpus siempre cae en jueves, en Canales se celebra en viernes. La fiesta mayor el viernes, corpines el sábado y el domingo fin de fiesta. Este año sólo el viernes, pero algo, es mejor que nada.
Como me gustaría estar allí. Hace muchos años que no la disfruto. Aunque no sé, casi prefiero mantener el recuerdo del pasado.
Hoy la juventud está de vuelta de todo, pero para los jóvenes de antaño estas fiestas eran esperadas durante todo el año.
Entonces no había discotecas, móviles, televisión, y no digamos internet.
Los únicos días de “diversión” de conocerse, de alternar, eran las fiestas patronales de la época estival en los pueblos de los alrededores. El inicio de la temporada estaba marcado por La Ascensión en La Magdalena. Luego El Corpus, Santiago, Nuestra Señora, etc y finalizaba con el verano y la fiesta de San Mateo el veintiuno de Septiembre. A unas y otras se acudía a pie, en bicicleta o en algún coche apretujados los mas afortunados. A veces la caja de algún camión era bien recibida, eso si, con cuidado de no mancharse los vestidos nuevos con los residuos negros del carbón que transportaban a diario.
Entre los vecinos no existían muchas discrepancias en la forma de organizar el evento.
No existía la Democracia, ni concejalías de cultura…ni falta que hacían.
Las tareas estaban muy bien repartidas. Los mozos formaban la “comisión”. Las mozas después del Rosario durante los domingos anteriores, iban de casa en casa pidiendo a los vecinos su contribución para el festejo. Cada uno lo que buenamente podía. Los que se iban a beneficiar con la celebración, como eran los bares, se estiraban un poco mas.
Todo se anotaba en un cuaderno. Las cuentas claras.
Según la recaudación se contrataban los músicos, se compraba cohetes, fuegos de artificio. También el cordero o la bicicleta que se iba a rifar el domingo, cuya venta de papeletas había aumentado el “haber” en caja.
Ya en vísperas, el propio jueves de Corpus se iniciaban los preparativos. Era festivo y aunque las labores del campo no se paralizaban del todo, sólo se hacía lo imprescindible.
En las casas se empezaba a preparar la comida para el día siguiente.
Se mandaba matar el cordero, casi siempre de producción propia que se reservaba para el festín. La ensaladilla rusa, con mayonesa casera hecha con la mano del mortero, todo un ritual. Y aquella crema moka con la que rellenaba el mazapán hecho un par de días antes. Y el merengue con que se adornaba, a fuerza de batir la clara del huevo con un tenedor…Todo casero
Las mozas adornaban la iglesia. Sacaban brillo a los candelabros, y ponían flores en todos los jarrones disponibles. Nada de floristerías. Se traían brazadas de flor de azahar, lilas y alguna peonía, de la escuela o de algunos vecinos y se hacían las composiciones florales en el mismo portal de la iglesia.
Los mozos cortaban ramos de los castañales con los que confeccionaban un enorme arco en la entrada de la calle de los Balcones, donde salvo alguna excepción se celebraba el baile,. Colgaban guirnaldas de coloridas banderitas de papel de uno a otro lado de la calle, unos cables con bombillas de luz mortecina y montaban un rudimentario “templete” para los músicos, muchas veces pegado a la pared de la casa de Tina.
Se repasaban y se daban los últimos retoques a los vestidos, que en muchos casos eran de estreno.
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Y se iban a dormir satisfechos y con esperanza por lo que se avecinaba.
Rezando para que el día siguiente amaneciera despejado y nada lo estropeara.
Que asi sea.