Yo recuerdo aquellos madrugones, con las heladas aquellas, que Brrr!
Gracias a Teresa, que todas las mañanas me decía que pasara para su cocina hasta que viéramos pasar el autobús, me quité de unos cuantos fríos. ¡Gracias, Teresa!
Gracias a Teresa, que todas las mañanas me decía que pasara para su cocina hasta que viéramos pasar el autobús, me quité de unos cuantos fríos. ¡Gracias, Teresa!