Un ´Casar´, como es sabido, fue una edificación de la etapa hispano-
romana de tipo agrícola y ganadero. Por tanto el
pueblo de Casares tuvo su origen alrededor de una o varias alquerías, que aprovecharon desde la época de la romanización la buena calidad de su terreno de pastos y vega cultivable.
Hablar de
Casares de Arbas es acercarse a un universo en ebullición. Lo es por la belleza de su
entorno, dulce y bravío a la vez. Por una
historia dilatada, con rasgos de nobleza aún presentes en sus
muros. Por un incandescente folklore autóctono, de impensable vigor aún hoy en día, que cautivó a investigadores tan avezados como
Miguel Manzano. Por la propia idiosincrasia de sus gentes, altivas, independientes, celosas de sus raíces y defensoras de todas sus singularidades….
Se achaca este apego por el terruño al ancestral aislamiento del
valle, a la vez que su casi autosuficiencia en épocas pasadas. Fue pueblo muy poblado, de
tradición merinera de Trashumancia, (440 habitantes en el año 1900). La lejanía de Arbas, y relativa autonomía, por su carácter de realengo, acentuó su espíritu autogestionario. En la época de la creación de los
Ayuntamientos constitucionales (inicios del
siglo XIX) fue
cabeza de su propio municipio, y solo la gran mortandad de varones durante la guerra
civil (1936-1939) dio
inicio a su declive, agudizado por el cambio de los sistemas de vida.
Son también conocidos como ´Los Corros´, ´El del
Medio´, ´El Palero´. Éste último se menciona en la coplilla popular, que llamó la atención a Modesto Medina Bravo, en la época de preguerra, y que decía:
"Cuando las
Tres Marías van al Palero
salen los de Casares del filandero"
Ya dijimos que se interesó este gran estudioso por el asunto, e incluso consultó en el pueblo en la década del 1980…, pero no sabemos si obtuvo suficiente respuesta.
n Casares hubo
minas antiguas, en ´La Sieme´ y ´Focella´, siendo éste último un poblamiento prerromano, de tipo castreño. Es memoria popular que Focella se despobló por un envenenamiento de todos sus habitantes.
De tan
legendario pasado conserva al menos dos
escudos heráldicos, (Uno de ellos descrito por Pío Cimadevilla) y la curiosa ´
Casa del Gallo´, porticada con
arco de medio punto y un esotérico grabado del gallo, en la
fachada.