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RECUERDOS: 5.- En la primera mitad del siglo XVIII, tenía dos parroquias, la de San Miguel y la de San Juan. La de San Miguel, que sería, casi un ermita, estaba a la salida para Gordoncillo. Debía ser la más antigua. Tengo noticias de que ya existía en el año 1566. El abuelo Juan la conoció cerrada al culto, pero en pie, mi madre en ruinas y yo no vi ya ni ruinas ni nada.
La de San Juan estaba en las eras, y queda de ella una torre un poco derruida, y lo que fue la iglesia, es ahora el cementerio. La torre es cuadrada y estaba toda forrada de ladrillo. Como no entiendo nada de arquitectura, no sé de que año puede ser.
Estuvo forrada de ladrillo hasta finales del siglo pasado (XIX) o primeros de éste (xx). Los jóvenes de entonces, eran muy aficionados a jugar a la pelota. Así se divertían los domingos y días de fiesta, y para hacer un frontón, no se les ocurrió cosa mejor que quitar los ladrillos a la vieja torre. La dejaron casi desnuda por dos de sus lados. Lo raro es que, entre las personas cultas, (sacerdote, maestro, veterinario…), no les hicieran ver la locura que aquello suponía. Todavía sigue en píe y Dios quiera conservarla así muchos años. Como está en alto, se ve desde muy lejos. No sé cómo se les ocurrió hacer la parroquia allí. En invierno, con los caminos en cuesta, y el barrio duro y pegajoso de mi pueblo, sería para muchos “mayores” una verdadera aventura cumplir los deberes religiosos, porque tendrían que ir calzados con “madreñas”.
La de San Juan estaba en las eras, y queda de ella una torre un poco derruida, y lo que fue la iglesia, es ahora el cementerio. La torre es cuadrada y estaba toda forrada de ladrillo. Como no entiendo nada de arquitectura, no sé de que año puede ser.
Estuvo forrada de ladrillo hasta finales del siglo pasado (XIX) o primeros de éste (xx). Los jóvenes de entonces, eran muy aficionados a jugar a la pelota. Así se divertían los domingos y días de fiesta, y para hacer un frontón, no se les ocurrió cosa mejor que quitar los ladrillos a la vieja torre. La dejaron casi desnuda por dos de sus lados. Lo raro es que, entre las personas cultas, (sacerdote, maestro, veterinario…), no les hicieran ver la locura que aquello suponía. Todavía sigue en píe y Dios quiera conservarla así muchos años. Como está en alto, se ve desde muy lejos. No sé cómo se les ocurrió hacer la parroquia allí. En invierno, con los caminos en cuesta, y el barrio duro y pegajoso de mi pueblo, sería para muchos “mayores” una verdadera aventura cumplir los deberes religiosos, porque tendrían que ir calzados con “madreñas”.