CASTILFALE: EL CRISTO.- 11.- El día de la fiesta, se llenaba la...

EL CRISTO.- 11.- El día de la fiesta, se llenaba la plaza de puestos de golosinas y chucherías, y, cuando yo era niña, no faltaba la dulzaina alegrando al pueblo con sus “pasacalles”. Desde entonces me pasa con la dulzaina lo que con el “esquilín”, que no hay ninguna música que me resulte tan grata y tan dulce al oído. Los dulzaineros iban a buscar al alcalde a su casa, para acompañarlo a la Iglesia, y el Ayuntamiento presidía la misa, colocado en unos bancos que había junto al altar. A la consagración, empezaba a sonar la dulzaina, tocando la Marcha Real. La costumbre no debía ser muy ortodoxa, pero a mí esa música me llenaba de emoción.
También hay procesión. Lo que no sé si existe todavía el pendón. Lo tenía que llevar un mozo “forzudo”, y para hacer la “venia” con él, creo que necesitaba un ayudante. La “venia” la hacía tres veces, y como el pendón se arrastraba un poco, y creían que se estropeaba, entre los mozos y algunos de los párrocos, hubo sus más y sus menos sobre si la “venia”, había de hacerse o no.