Un caso concreto y real de hechizamiento o mal de ojo lo contaba Carolina Geijo en Val de San Lorenzo: decía que había una vecina del pueblo a quien se le enfermó un caballo; la mujer decidió entonces llevar el animal a un curandero, y éste dijo que el caballo estaba embrujado por una vecina que la quería mal; podía saber de quién se trataba porque en el lomo del caballo aparecería la inicial del nombre de la bruja. Al parecer así fue: se trataba de la ti María. Posteriormente este mismo caso fue ... (ver texto completo)