Superado el primer asalto de las carnes, el cocido nos enfrenta a los garbanzos finos de pedrosilla con su jugoso repollo preparado a la leonesa. La hogaza nos ayuda a empujar los garbanzos con un traguito de vino. Estamos en el cúlmen de una comida larga y pausada, inventada con la filosofía de esta tierra leonesa de arrieros, de conocimientos antiguos traídos de todos los caminos. Y seguimos...