El cielo se está oscureciendo. Va a llover. Los matorrales del primer plano y el terreno circundante van adquiriendo unas tonalidades acuosas cerca de la aparición de las primeras gotas. Apenas las tonalidades blancas de las casas y la torre de la iglesia pueden contener el presagio de la lluvia que viene por la izquierda del cuadro. Admirable composición de Alberto Rodrigo.