Los creyentes de Corbillos y
amigos celebrabamos las
fiestas patronales de este
barrio. En
invierno, en torno al
frontón o trinquete como lo llamamos en
León, se organizaba la
fiesta. La
música, la ruleta de las obleas donde los niños y niñas probábamos a llevarnos un puñado de ellas tan ricas y tan escasas en aquel tiempo.