Que guapinas que estabaís.
En Manzaneda no teníamos ninguna
Cruz de palo. Nosotros ya teníamos nuestros pobres asignados; o iban a parar a
casa de mi tia Mérita (Agustina y Manolo,éste último nos hacía rabiar) o a la de mis padres: Manolina, era de la Ribera. Una vez le trajo unas
nueces a mi padre; plantó una por arriba de la
puerta y nació un hermoso
nogal. Lo quito no hace mucho Pilar porque decía que las raices se le metian en la casa. Si volviera mi padre no se lo que le haría, con el cariño
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