No puedo llegar con el burro hasta el molino con tanta maleza y yo con el costal al hombro tampoco puedo, asi que no sé donde voy amoler el centeno.
Ya tocaron a hacendera, espera a lado de la presa.
Pobre María, se nos va a congelar, yo como siga así no voy a llegar nunca al molino
Menos mal que la rapaza fuerte si es, llevo pasamontañas, mantón, botas y todo pero claro, en la presa tanto tiempo......
Encima con las charlas agotadoras con El Loco, tenemos que cuidarla, no sea que se nos transtorne ella tambien y ahora a la intemperie media noche...
Miedo tengo, no vaya a ser que la convenza y emigre también no creas.