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CORNOMBRE: D. Marcelino Sanz de Sautuola era un estudioso de las...

tambien parece una hogaza de las de Octavio Perez Blanco

Me siento cual Marcelino Sanz Sautola en los primeros dias de su descubrimiento.

D. Marcelino Sanz de Sautuola era un estudioso de las ciencias y experto en distintos campos aunque destacó como botánico e historiador. Fue un adelantado a su época. Su aportación a la prehistoria mundial llegó de la mano del descubrimiento de Altamira. Sería el primero en reconocer que las personas del Paleolítico eran capaces de crear obras de arte y en considerar auténticas las pinturas.

Todo comenzó en 1875 en el momento en que un pastor le informó de la existencia de una cueva en el Prado de Altamira. En su primera visita recogió restos arqueológicos de la superficie y localizó algunos dibujos. Años después, en 1878 acudió a la Exposición Universal de París, donde vio objetos prehistóricos del sur de Francia. La sorpresa que le produjo el gran parecido de estos objetos con lo encontrado en Altamira, le impulsó a volver a la cueva a continuar con sus investigaciones.

En 1879 regresó con su hija María quien localizó las famosas pinturas. D. Marcelino identificó los animales pintados como bisontes, asoció los pigmentos tomados del suelo con los colores del techo y comparó estas figuras con las representadas en el arte mueble paleolítico. En sus Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander, publicado en 1880, descubría el arte rupestre paleolítico.

La idea que se tenía de los hombres prehistóricos en aquella época hacía difícil aceptar que hubieran sido los autores de aquellas pinturas, además su frescura y espectacular conservación resultaban sospechosas. Su autenticidad no fue reconocida hasta que otros descubrimientos en cuevas francesas dieron la razón a D. Marcelino.

Emile de Cartailhac, escribió en 1902 en su "Mea culpa de un escéptico" - "Fui partícipe de un error cometido hace veinte años, de una injusticia que es preciso reconocer y reparar públicamente. Es necesario inclinarse ante la realidad, y en lo que a mí respecta, debo hacer justicia a Marcelino de Sautuola".