Se mataba un
cerdo (gocho), una
vaca, algún macho cabrío (castrón) y un par de
ovejas machorronas (que no empreñaban), en Noviembre por
Santo Martino para tener qué
comer durante el año. Nunca pude entender porque se hablaba siempre de este
ganado ovino masculinizado y jamás de "carneros afeminados". El día del sacrificio de estos animales, antes de empezar, se hacía el ritual de "La Parba", que era tomar orujo ó anisado con unas galletas ó un pedazo de
pan. Aún recuerdo, cuando era niño, cómo aquellas manos de mi madre, tan bonitas, dulces, suaves y delicadas que tanto cariño me habíana prodigado, romper el grueso y áspero hielo del
río Santibáñez para poder lavar las tripas de los animales. Se hacían cestos de mimbres, cayadas de avellano y madreñas de fresno. Para pasar el río se utilizaban las "Zancas" que eran unos palos largos con unos pedestales entretejidos con varillas de palera, sobre los que se apoyaban los pies. Requería un tiempo y un buen maestro para conseguir mantener el equlibrio y poder avanzar para no venirse abajo y dar con el cuerpo (La SAPADA) contra las
piedras del río. Se recogía la hierba ò heno en Julio para alimentar al ganado en
invierno y se segaba el pan (centeno) en Agosto para nutrición familiar y animal. Venían "Los Bercianos" a ayudarnos a cosechar el citado cereal, llegaban en el
coche de línea, subidos a la baca, dormían en el
pajar y se les llevaba, por la mañana, a la tierra donde faenaban,"las diez", que era una gran marmita, comunmente, de patatas y alubias con tocino entreverado, chorizo, morcilla, lacón, costilla etc, junto con el delicioso y fresco vino de pellejo de "
Casa Sandalio". Eran unos trabajadores enormemente sacrificados y muy eficaces. Muchos se casaron con mozas de estos
pueblos y aquí echaron sus raíces. Se les oía desde lejos echar el! Iuuuuu-Jujuuuuu!, canto guerrero antiquísimo, de nuestros ancestros, Los Astures, entonación vehemente y aguerrida para revestirse de ánimo, valor y arrojo. Se bailaba el "Chano" que es la jota de este lugar, que significa
baile llano. Las truchas son muy abundantes y se freían con bacon. Tenían que tener las cuatro F (frescas, finas, fritas y frías). En las
fiestas hacían su aparición "Las Puchas" que eran las señoras carameleras y castañeras, venían con los globos (manganetos), llamados así porque al deshincharse, el aire hacía tocar un silbato que llevaban incorporado, lográndose una estridencia muy original y rechinante. Al lado de las damas de los dulces, se colocaba el "Tío Cosme" que portaba un gran maletón de madera, donde traía "antiojos" pa cerca, agujas "pa" coser y calendarios zaragozanos. Mientras la pucha anunciaba sus productos a bombo y platillo, proclamando:"No hay
castaña cómo la mía y la de mi hermana María", el sr Cosme, a continuación hacía lo propio y daba a conocer sus enseres con la siguiente proclama:"A duro el taco". La mantequilla se hacía a base de mover las mazaderas,
recipientes en forma de pequeños toneles que se zarandeaban a derecha e izquierda, hasta que se obtenía el codiciado condumio. A los 15 años se entraba de "Mozo" y tenìa que invitar a un cuartillo de aguardiente y una caja de galletas. Al salir de novio, tenía que convidar a sus congéneres, a baile, chorizo, jamón, cecina, lomo, mazapán y anisado (orujo con anís),ésto se denominaba "Pagar el Piso". Las mozas iban a las fiestas de los pueblos, andando y en zapatillas y al llegar al lugar del evento festejil, se las quitaban y se ponían los zapatos de lucimiento. Se cogían del brazo en grupos de 7 u 8 en fondo y gustábales mucho pasear por la
carretera (hermosísima, bordeada de grandes y frondosos chopos que generosamente les ofrecían su
sombra refrescante) de esta guisa manera ó modo. El vino y el escabeche eran manjares muy apreciados y figuraban cómo magnos protagonistas en todo acontecimiento sobresaliente que tuviera lugar ó que se preciara. Se jugaba a los bolos (el lugar donde se colocaban se llamaba "castro" y el bolo más pequeño era el "miche"), estando presentes unas buenas jarras de morapio, todos los domingos y fiestas junto a "La Casa de Sandalio", persona muy generosa y querida, pues además de su bondad, tenía un
bar muy amplio y confortable y un
comercio en donde se encontraba de todo. Su hijo Toñín era un ser extraordinariamente cariñoso y servicial. La jugada más dificil y más valiosa era que la bola cayera en el centro y se deslizara rodando, entre el bolo chico y uno grande de la
esquina, esto era hacer un "16" ó un "forqueto", si sólo se desplomaba el "miche", era un "15" y si se tiraba el bolo del centro, era un "7". Si la bola no conseguía entrar en el castro, suponía cero puntos ó "
finca", si lo lograba hacer, era un "6". A los pueblos colindantes se llevaba el vino en "pellejos" sobre montura caballar, llamados también "culambres" ó "botanas" (nombrados por Cervantes en "El Quijote"). Los fisuelos eran la
repostería más frecuente. Tenían forma de espiral y se freían en sartén, echando sobre ésta la mezcla de leche, harina y huevo, con una garfilla, dibujando las circunferencias.
Eran famosísimas las
ferias de ganado
vacuno autóctono (de pezuñas desgastadas) para la codiciada y deliciosa cecina omañesa. A las
vacas que no concebían se le llamaba "forras" y las "magüetas" eran las novillas jóvenes. Todavía se conserva la
báscula pública en una coqueta y pintoresca casetilla, al lado del Bendito
Cristo. Hay un refrán muy simpático de esta Comarca que dice: "Todo lo que gastes en cecina, te lo ahorrarás en penicilina".
Podréis comprobar que los robles del
monte, muchos tienen adheridos a sus troncos los líquenes,
señal inequívoca y contundente de la pureza extraordinaria del aire que aquí se respira.
Hay refranes omañeses, referidos a la idiosincrasia de los habitantes de esta hermosísima Comarca, transmitidos de viva voz de generación en generación, ejemplos pueden ser:"EL OMANÉS, FALSO PERO CORTÉS","OMAÑESA, CHUPA EL HUESO","EL POLLO PARA GALLO, UN AÑO, PERO SI ES OMAÑÉS, UN MES" etc, etc.
La constitución del tipo omañés es alta, fuerte, de pelo rubio y ojos claros predominantemente, de manos grandes y dedos largos, gentes nobles, sacrificadas, honestas, generosas, alegres y astutas.
Cada vecino tenía adjudicada una porción del monte (quiñón) para cortar la leña, generalmente de roble. La parte del bosque que recibía el sol, se llamaba "solano" y la sombría,"abesedo". Era mejor la del primer lado. Se decía (con esa gracia omañesa) que la tala de la madera, calentaba tres veces: una para cortarla, otra para bajarla y otra para picarla.
Juegos infantiles: "La Maya", especie de escondite."La Bigarda" que consistía en lanzar un palo pequeño, dándole con otro más largo para que fuera el contrincante a por él y mientras tanto, arrebatarle su posesión de "tapines"."La Gallina ó la Pita ciega": con los ojos vendados, identificar al que cogía. "La Taba", hueso astrágalo de los mamíferos que se utilizaba cómo dado."La Rayuela" ó Las Tres en Raya."Los Disparates", ponerse en corro, sentados, respondiendo al azar y sin saber lo que preguntaba el compañero de al lado, obteniéndose preguntas y respuesta, totalmente decabaladas y simpáticas."Las Cuatro
Esquinas": ocupárlas y moverse de una a otra, mientras un quinto, en el medio, trataba de detectar estos cambios para instalarse en una de ellas y así sacar a otro para el centro. Disfrutábamos mucho los niños, haciendo cabañas en el bosque"Las Chozas" y castillitos de barro y piedras, junto al río. Nos encantaba hacer "Los Guisos", moras machacadas, mezcladas con miga de pan, vino y azúcar, descubrir
nidos de pájaros (especialmente de los bellísimos cernícalos ö "gaviluchos", jugar al balón en "La Puebla", donde estuvo y está el "
Campo de Marte", lugar de entrenamiento de los soldados de la antigua legión
romana y que nos parecía perfectamenre aprovechable y válido para la práctica de este
deporte. Yo me emocionaba mucho, pensando que aquello que pisaba ya había sido hollado por los guerreros invasores, con sus relucientes cascos dorados empenachados, corazas, espaldares, lanzas, espadas, tobilleras y canilleras, 2000 años antes. Las niñas se encontraban guapísimas, confeccionando aquellos lindos collares de esaramujos y colgándose sobre sus orejas, a modo de pendientes, las dos
cerezas.
El
agua del río Omaña bajaba de los glaciares del mote Tambarón y siempre estaba muy fría pero esto no era obstáculo para un buen y regocijante baño. En "Las Carnestolendas", Los
Carnavales, los mozos y las mozas, se perseguían entre sí para "entiznarse" unos a otros con gran regocijo, chispa y alegría. Esta operación consistía en manchar la cara al que estaba más próximo con un tizón o palo con la punta requemada. Así mismo aparecía un personaje de aspecto siniestro y temible, revestido de pieles y atavíos espantantes, haciendo sonar los cencerros que al cuello llevaba colgados (EL ZAFARRÓN), que corría tras los viandantes, infundiendo gran pavor y sobrecogimiento con su diabólica y estrafalaria indumentaria. La "Carrera de Rosca", La "Carrera de Cintas", El "Concurso de Bolos","Las Cucañas","El Concurso del Baile Chano","El Tiro de Soga","El Tiro de Barra","La Carrera de Sacos", imprimían gran
colorido, carcajada segura, placer sano y amenidad al bullicio de la festividad en cuestión.
En
El Castillo hay casa de Socorro.
Las
casas son de mampostería (cal y canto) y su construcción, hecha por la mano magistral de los canteiros gallegos de
Pontevedra.
Existía el llamado "Palo de los Pobres" para acoger y dar hospitalidad a cualquier menesteroso ó peregrino a Santiago que se acercaba por aquí. Se iba pasando de casa en casa (por turnos) y el que lo tuviera en el momento de la llegada del necesitado ó indigente, adquiría la humanitaria obligación y labor de darle
comida y
alojamiento.! Que grandeza la de Omaña! Estas y otras muchas caritativas
costumbres hicieron de estas gentes, algo que no admite comparación ó semejanza!.! Esta era la verdadera nobleza e hidalguía del
PUEBLO OMAÑÉS!.