Tanto Fidelín, Sandalio y Joselín se preocupaban muy mucho de traer el mejor vino "PRIETO PICUDO" de Benazolve y Villalobar (Tierra de Campos). Tenía aquel burbujeo que parecía champán este excelentísimo caldo leonés. Después lo metían en los bocois de roble viejo y en las botanas, pellejos ó culambres y aquí adquiría todavía mayor esplendor. Por lo cual no es de extrañar que a todo el mundo le gustase, incluso excesivamente, aquel inmenso placer celestial que el único efecto secundario que tenía...