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EL CASTILLO: ¡Oh.... horror.... cuanta desdicha! ¿pero que te han...

Buenas noches Filomena, hasta mañana rapazuel@s.......

Vese el escudo a la derecha del balcón, querida y hermosa dama. Gracias por la foto de la señora de edad provecta. No esperaba menos de tí, encantadora y bién arropada moradora del Castillo de Benar.

Véolo! y ahora más que nunca!..... hay que ver, cuando ya tienes constancia de las cosas te tomas más interes y se saborean mejor!.
Antes, cuando encontré la foto me fijé más en los personajes y menos en el entorno, pero desde que me hiciste Dueña Y Señora de Benar, me tomo mi tiempo y no solo miro, sino que tambien veo!... lo digo porque no solo he descubierto el escudo, tambien me he fijado en que detras de tu adorada abuela se divisa la silueta de la ermita del Cristo! ¡PRECIOSA FOTO Y PRECIOSO LEGADO!

Vengo con la mirada desencajada, los huesos molidos, las asentaderas me arden, el cuerpo se me descompone, el sudor me ciega pero está todo por bién dado al ver que me extiendes tu deliciosa mano enjorcada y yo la recibo cómo dulce y sabrosa miel fresca y reconfortante que me hace olvidar todas mis dolencias y desventuras acaecidas en tanta batalla, refriega y enfrentamiento. Solicito que me ayudes a subir a nuestros aposentos para que los criados me pongan a remojo y adecenten mi penosa, puerca y desventurada imagen y así poder acudir los dos, a la anochecida, al festín que en nuestro honor tiene el gusto de ofrecernos El Gran y Sinigual Marqués de La Reguerona.

¡Oh.... horror.... cuanta desdicha! ¿pero que te han hecho amor de mis amores?.... ¿como es posible que traigas el pendón hecho trizas? (y yo dejándome ahí los güellos! en el bordado).... menos mal que parece que no te han herido de gravedad....... ven, que te ayude.... apóyate en mi brazo enjorcado y déjame que te quite con mi pañuelo de damasco el sudor de tu frente.... ahora mismo haré llegar al Conde (que no Marqués) de la Reguerona un paje con el aviso de nuestra tardanza..
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Nuestro galante y gentil Ricardo Corazón de Guisatecha, bravo y noble caballero, donde los hubiere, cumplió a las maravillas con su hospitalidad y acogimiento. Dispúsonos el mejor lugar de su luenga y bién surtida mesa. Agasajónos con sabrosos, suculentos y delicados manjares y deleitónos con alegres y sensuales acompasadas danzas. Hizo venir de Manzaneda a ciertos magos ó encantadores que haciendo surgir de la nada una gran soga, trepaban, ascendían por ella y se esfumaban cómo por ensalmo, ante ... (ver texto completo)