Esta bellísima dama de admirable y simpar contemplación, a la que adornan dos radiantes y espléndidos zafiros, cuyo fulgor traspasa sin piedad el corazón de los presentes, forasteros y advenedizos; ha nutrido y alimentado la sed de conocimenetos que nuestras pobres mentes ansían poseer, dando cuenta bién pormenorizada, meticulosa y magistral de ALGO TAN NUESTRO, INCOMPARABLE, RECORDADO, RICO e INMACULADO adorno y ornamento leonés.