! Oh cielos, que gran fortuna
el que regresa a su cuna
de este Castillo eminente
que en mi alma está presente
y aunque lo veo doliente
desgajado e impotente,
los pesares... a mí cura.
Maldita la desventura
que degajó tu hermosura
conmoviendo a tanta gente,
enjugando de tu frente
el sudor de la locura.
el que regresa a su cuna
de este Castillo eminente
que en mi alma está presente
y aunque lo veo doliente
desgajado e impotente,
los pesares... a mí cura.
Maldita la desventura
que degajó tu hermosura
conmoviendo a tanta gente,
enjugando de tu frente
el sudor de la locura.