Omaña de mis amores,
plenitud de resplandores
que se clavan en la entraña,
alivio de los dolores
que la adversidad empaña,
consuelo de esos ardores
que enturbian nuestra esperanza,
Castillo de cuatro Torres,
mirando al cielo de España,
orgullo de sus señores,
enhiesto cómo espadaña,
salido de los albores
de lo más puro del alma,
envuelto entre las mil flores
que adornan tu bella estampa,
empapa con tu capote
de caballero de armas,
ese dolor y el azote
del quejido de tu llaga
que te abrasa y es soporte
de un sufrir que no se apaga
aunque tu seas la corte
de la juventud pasada,
frenesí de la locura,
entusiasmo de agua pura
con que lavas tus espaldas.
Tavines
plenitud de resplandores
que se clavan en la entraña,
alivio de los dolores
que la adversidad empaña,
consuelo de esos ardores
que enturbian nuestra esperanza,
Castillo de cuatro Torres,
mirando al cielo de España,
orgullo de sus señores,
enhiesto cómo espadaña,
salido de los albores
de lo más puro del alma,
envuelto entre las mil flores
que adornan tu bella estampa,
empapa con tu capote
de caballero de armas,
ese dolor y el azote
del quejido de tu llaga
que te abrasa y es soporte
de un sufrir que no se apaga
aunque tu seas la corte
de la juventud pasada,
frenesí de la locura,
entusiasmo de agua pura
con que lavas tus espaldas.
Tavines