Recuerdos del ayer que se posan en nuestra mente cómo gozoso renacer de la vida. Memoria de un pasado enamorado y feliz que nos vuelve a llenar de grata plenitud. Pascua florida y romera, la ilusión de ser vivida y en este pueblo sentida al surgir la primavera, que de pronto nos espera con su fulgor placentera, en un rincón tan tupido de radiante colorido que parece una quimera. Adorada juventud que te muestras primorosa en tu ardiente pulcritud cómo el rubor de una rosa. Pensar en ello es vivir ese momento tan bello de volver hacer sentir el regresar en el tiempo. Y es tanta vuestra hermosura en La Puebla de El Castillo que sois la pureza pura del amor en su delirio. Cuatro jazmines brotados en esa verde pradera y en sí mismo iluminados de esta tan bella manera. Cuatro suspiros de azahar desbordantes de blancura radiantes en el mirar con su sonrisa y diablura. Dejádme os suplicar el no poderme apartar de este clamor de mi alma que me imprime tanta calma y no me deja llorar.