Véndeme la tu sonrisa
Omañesa seductora
que es el sostén de la brisa
y el refugio de la aurora.
Vísteme de tus encantos
que te adornan por doquier
cómo la flor de los santos
les envuelven en placer.
Yo quisiera ser la ropa
que lavas entre tus manos
para subirme a la copa
de tus ojos soberanos
y escuchar cómo en ti flota
el suspiro de la gota
de tus años tan tempranos.
Ay Omañesa del alma
pasa el agua por tu vera
y nos infundes la calma
de tu eterna primavera.
Mira a ese río llorar
sin consuelo en su lamento
pués no se quiere marchar
de esa ilusión y momento
de ver tu dulce brillar
en tan bello firmamento.
Río Omaña mujeriego
dános un poco del ser
de contemplar el ardor
de tan ciega luz de fuego
que es esa bella mujer
que el cielo se puso a hacer
y en regalo yo te entrego.
Recobra tu gallardía
no te tornes plañidero
que volverás algún día
a encontrar ese sendero
de la flor y simpatía
de la dama en lavadero
que hace a la melancolía
convertir en semillero
de esa perpétua alegría
en decir....! Cuánto te quiero!.
Tavines
Omañesa seductora
que es el sostén de la brisa
y el refugio de la aurora.
Vísteme de tus encantos
que te adornan por doquier
cómo la flor de los santos
les envuelven en placer.
Yo quisiera ser la ropa
que lavas entre tus manos
para subirme a la copa
de tus ojos soberanos
y escuchar cómo en ti flota
el suspiro de la gota
de tus años tan tempranos.
Ay Omañesa del alma
pasa el agua por tu vera
y nos infundes la calma
de tu eterna primavera.
Mira a ese río llorar
sin consuelo en su lamento
pués no se quiere marchar
de esa ilusión y momento
de ver tu dulce brillar
en tan bello firmamento.
Río Omaña mujeriego
dános un poco del ser
de contemplar el ardor
de tan ciega luz de fuego
que es esa bella mujer
que el cielo se puso a hacer
y en regalo yo te entrego.
Recobra tu gallardía
no te tornes plañidero
que volverás algún día
a encontrar ese sendero
de la flor y simpatía
de la dama en lavadero
que hace a la melancolía
convertir en semillero
de esa perpétua alegría
en decir....! Cuánto te quiero!.
Tavines
