Nada hay más efímero
que ese instante en el que pasas
de estar
a ya no estar;
para siempre
permaneciendo latente tan solo
en el corazón de los que no te olvidan
siendo ellos la fehaciente muestra
de tu recorrer por estos caminos
ahora huérfanos de tus pasos.
Solo aquellos que amaron
y que fueron amados
en esa mayor o menor medida
que únicamente el paso del tiempo otorga
son los afortunados que vivirán
en la memoria eterna de los que quedan
en la memoria eterna de los que van quedando.
Empero
qué cruel se muestra la vida
cuando le concede a la muerte
el privilegio de acercarse a nosotros
y sin preguntas llevarnos con ella
aún cuando consideramos
que nuestro tiempo está por cumplir;
qué injusta se nos antoja la vida
cuando sin aparentar duda alguna
permite que el futuro de uno de nosotros
se borre antes de empezar a escribirse
dejándonos solamente un pasado,
ni tan siquiera el latido de un presente;
pues ya todo será ayer.
Quiero ser consciente de ese instante
para no perder mi tiempo;
no tengo duda alguna en que antes
o después seré el señalado
como ya lo fueron otros;
no lo confieso con pesar
ni tan siquiera con tristeza
y mucho menos con resignación
simplemente soy consciente
de lo que tarde o temprano llegará
y acepto el momento
sin dejar un solo segundo de disfrutar
del regalo que ahora me otorga la vida.
Mañana… No lo sé, aún está por llegar.
José Manuel Contreras
... (ver texto completo)