¿ Todavía quedan vacas en Espina para herrar? ¿Y Atilano, que es de su vida? No lo he vuelto a ver desde que íbamos juntos a la escuela, primero en Espina y luego en San Pedro. Para mi generación (cuando éramos pequeños) el potro era una gasolinera, las bicis eran los coches y las motos y las hojas de la nogal que está al lado del pilón era el dinero, que fácil es divertirse cuando eres pequeño, no?
Espero que esté ahí durante mucho tiempo, me trae muy buenos recuerdos.
Erika. En la parte de arriba de la fragua, hoy caserón en ruinas, naci yo
Los edificios se caen, desaparecen, pero el recuerdo perdura en mi.
¿Que siento?
Quizás solo un poco de nostalgia.
SALUDOS. El potro. Que no de tortura, sinó de herrar las vacas, bueyes y alguna que otra mula de las minas y también algún burro. Cuando no, eran nuestros columpios preferidos, sentados en aquellas correas de badana prendidas de las cadenas que se sujetaban al chirriante torno giratorio, y va y viene, y viene y va, y gññi y gñrruuu, y gñrruu y gññiii. Te acercaron a la fragua que hoy ya es caserón. Le hubiera gustado a Atilano tenerte tan cerca.Tu ahí sigues. ¿Potro?.¿Columpio?
Me temo que ni lo uno ni lo...