Yo estuve en la Base Aérea de la Virgen del Camino y en dos ocasiones fue de prácticas de tiro al Campamento del Ferral. Ibamos andando, a campo traves y allí nos preparaban el rancho al aire libre. Un día, aún lo recuerdo pues fue el 31 de mayo de 1952, nos pilló una tormenta por aquellos barrancos, que fue de miedo. Los soldados del campamento nos ofrecieron refugio en sus tiendas; pero nuestro capitán, el todo chulo lo despreció y aguantamos la piedra y el agua fría a pie enjuto y marchando. Se conoce que aquello era de machotes. Si alguno de aquellos buenos compañeros de Infantería me lee, que sepa de mi agradecimiento por su hospitalidad hacia los de la Aviación. Un abrazo.