"EL ARTE DE MAZAR LA LECHE"
Una de las pocas cosas que en la Lomba se producía y había excedente, era leche, pero como en los años cincuenta no había carretera no podía subir el camíón de la leche. Para poder obtener un pequeño beneficio había que transformar aquella excelente leche en mantequilla, manteca, en la comarca.
Las vacas se muñían a la mañana y a la noche. Aquella leche, se colaba, nunca se cocía y se depositaba en unas vasijas de barro (no sé si de Pereruela) y se dejaba reposar para que la grasa de la leche se decantara. Aquellas ollas de barro se llamaban "nateras". A cuatro dedos de su base tenían un pequeño orificio que se tapaba con un "velillo" (especie de lápiz cortito "encañado" con una tela rala blanca para que la natera no se manara por el orificio. Cada día se saba el velillo y se extraía la leche desnatada de una manera natural. A mí, me gustaba aquella leche desnatada, especialmente por dos motivos, uno porque estaba fresca. Las nateras se solían guardar en el "cuartobajo". Y otra porque era menos fuerte y me sentaba mejor.
Repetido el proceso varios días, se cogía aquella nata y se vertía en un instrumento llamado odre. Este odre era de latón, lo hacían los estañadores o por lo menos lo estañaban cuando tenía alguna fuga. Era un cilindro acabado en dos conos truncados en sus laterales. Un cono truncado se remataba con un asa o agarradea, el otro extremo acababa con una lámina agujereada en su interior y rematada con una pieza extraible que hacía de tapa. La parte superior del cilindro estaba coronada con otro cilindro pequeño colocado perpendicularmente al grande con su tapadora correspondiente y su asa.
Ya tenemos la nata y el odre. Sólo restaba verter la nata de natera en el odre, cogerlo con cariño, una mano en cada extremo e ir moviéndolo cadencialmente hasta que el sonido de la nata al estrellarse en las paredes del odre cambiaba. Entonces, se había producido el milagro, aquella nata blanca se había transformado en manteca. Se quitaba la tapa de uno de los laterales y por aquella rejilla se escurría la "leche mazada", realmente suero, que se utizaba como alimento para los "gochos". Por el cilindro que coronaba el odre se quitaba la tapa y se extría la manteca. En una fuente, con la ayuda de unas paletas de madera o simplemente con una cuchara se le daba forma y se escurría de restos de suero y teníamos "la mazada la manteca" que consumíamos muy habitualmente en "las diez" y en la merienda. El excedente se vendía al mantequero de Riello que un día a la semana recorría los pueblos de la Lomba comprando la manteca y huevos y vendiendo, naranjas, alparagatas y algua cosuca más. El mantequero lo conocíamos como Manganeto, no sé si apellido, nombre o mote.
En algunas casas, en aquel entonces ya había máquina desnatadora, yo os he explicado lo que viví y recuerdo. Ni que deciros que llegué a ser un experto en el golpeo del odre. Lástima que no hubiese sido deporte olímpico!
Más de una vez, la mazada recié hecha, fue dada cuenta con su correspondiente hogaza de pan.
Léxico para Mmacarisi:
Cuartobajo: habitáculo situado debajo de la vivienda. Normalmente con suelo de peña o tierra. Lugar fresco para guardar alimentos.
Odre: instrumento de latón para transformar la leche en mantequilla.
Natera: Vasija de barro con un orificio en el lateral a unos, mas menos, cuatro dedos de la base.
Encañar: vendar.
Velillo: trocito cilíndrico de madera envuelto con una gasa.
Ralo: poco tupido.
Cochos: cerdos
Muñir: ordeñar
Tomar las diez: alimento que se tomaba más o menos a esa hora.
Una de las pocas cosas que en la Lomba se producía y había excedente, era leche, pero como en los años cincuenta no había carretera no podía subir el camíón de la leche. Para poder obtener un pequeño beneficio había que transformar aquella excelente leche en mantequilla, manteca, en la comarca.
Las vacas se muñían a la mañana y a la noche. Aquella leche, se colaba, nunca se cocía y se depositaba en unas vasijas de barro (no sé si de Pereruela) y se dejaba reposar para que la grasa de la leche se decantara. Aquellas ollas de barro se llamaban "nateras". A cuatro dedos de su base tenían un pequeño orificio que se tapaba con un "velillo" (especie de lápiz cortito "encañado" con una tela rala blanca para que la natera no se manara por el orificio. Cada día se saba el velillo y se extraía la leche desnatada de una manera natural. A mí, me gustaba aquella leche desnatada, especialmente por dos motivos, uno porque estaba fresca. Las nateras se solían guardar en el "cuartobajo". Y otra porque era menos fuerte y me sentaba mejor.
Repetido el proceso varios días, se cogía aquella nata y se vertía en un instrumento llamado odre. Este odre era de latón, lo hacían los estañadores o por lo menos lo estañaban cuando tenía alguna fuga. Era un cilindro acabado en dos conos truncados en sus laterales. Un cono truncado se remataba con un asa o agarradea, el otro extremo acababa con una lámina agujereada en su interior y rematada con una pieza extraible que hacía de tapa. La parte superior del cilindro estaba coronada con otro cilindro pequeño colocado perpendicularmente al grande con su tapadora correspondiente y su asa.
Ya tenemos la nata y el odre. Sólo restaba verter la nata de natera en el odre, cogerlo con cariño, una mano en cada extremo e ir moviéndolo cadencialmente hasta que el sonido de la nata al estrellarse en las paredes del odre cambiaba. Entonces, se había producido el milagro, aquella nata blanca se había transformado en manteca. Se quitaba la tapa de uno de los laterales y por aquella rejilla se escurría la "leche mazada", realmente suero, que se utizaba como alimento para los "gochos". Por el cilindro que coronaba el odre se quitaba la tapa y se extría la manteca. En una fuente, con la ayuda de unas paletas de madera o simplemente con una cuchara se le daba forma y se escurría de restos de suero y teníamos "la mazada la manteca" que consumíamos muy habitualmente en "las diez" y en la merienda. El excedente se vendía al mantequero de Riello que un día a la semana recorría los pueblos de la Lomba comprando la manteca y huevos y vendiendo, naranjas, alparagatas y algua cosuca más. El mantequero lo conocíamos como Manganeto, no sé si apellido, nombre o mote.
En algunas casas, en aquel entonces ya había máquina desnatadora, yo os he explicado lo que viví y recuerdo. Ni que deciros que llegué a ser un experto en el golpeo del odre. Lástima que no hubiese sido deporte olímpico!
Más de una vez, la mazada recié hecha, fue dada cuenta con su correspondiente hogaza de pan.
Léxico para Mmacarisi:
Cuartobajo: habitáculo situado debajo de la vivienda. Normalmente con suelo de peña o tierra. Lugar fresco para guardar alimentos.
Odre: instrumento de latón para transformar la leche en mantequilla.
Natera: Vasija de barro con un orificio en el lateral a unos, mas menos, cuatro dedos de la base.
Encañar: vendar.
Velillo: trocito cilíndrico de madera envuelto con una gasa.
Ralo: poco tupido.
Cochos: cerdos
Muñir: ordeñar
Tomar las diez: alimento que se tomaba más o menos a esa hora.
¡Qué bonita descripción haces de la manera de mazar la leche! Me ha encantado. Y me ha venido a la mente la película completa de aquel entonces, en el cuartobajo de mi abuela, presenciando el hecho.
Y yo ahora te pregunto, os pregunto: ¿qué era la "leche de bura", o vura, o algo parecido? ¿Se correspondía con la leche de la natera, sin la nata, o era el suero, al que haces refencia, después de mazada ya la leche?
Abrazos
Y yo ahora te pregunto, os pregunto: ¿qué era la "leche de bura", o vura, o algo parecido? ¿Se correspondía con la leche de la natera, sin la nata, o era el suero, al que haces refencia, después de mazada ya la leche?
Abrazos