Peña:
La explicación del “in y el “on” es perfecta. Te felicito.
Sigamos por orden.
Sí, te tengo localizado. Has puesto la foto de tu casa, hay otra que se titula “tres generaciones” en la que reconocí al “ón”, luego, el barbado tenía que ser el “ín”, pero al que no puedo reconocer, porque nunca lo conocí con barba, es más, dejamos de vernos mucho antes de que nos naciera.
Pero hay una sonrisa que si reconocí, la del niño que está en el centro de la foto, y que yo había visto muchas veces, ya no tuve duda, es tu misma sonrisa cuando tenías sus años o a lo mejor unos pocos más.
Cuando me refiero a tu padre como el “ón” no es, de ninguna manera, en sentido peyorativo, todo lo contrario, admirativo. Cuando somos niños bajitos, todos los mayores se nos antojan gigantes, y para nosotros los “enanos”, son “hombrones” de ahí que sus nombres terminen en “on”.
Cuando me cruzaba con él, lo saludaba con mucho respeto, cosa que no hay ahora hacia los mayores.
Halo de misterio, dices. Estamos jugando a la gallina ciega tan mayores como somos. Tú dices que eres de la séptima decena, en una de tus intervenciones has dicho, las he leído todas, que naciste en el 47. Puedo decirte que soy anterior, pero no puedo, ni debo, responder al lugar del abastecimiento de agua porque dada la población de Folloso, el halo se rompería. Sería muy fácil.
¿Por qué Robledo?
Pués, que quieres que te diga. Cuando entras en este foro, al que por derecho perteneces, buscas un alias relacionado con él, y te encuentras que ya hay Carballo, Llamica, Peña de Valdevés, Guindales, etc. y piensas ¿y yo qué?.
Siempre me gustó el roble, me gustaba mirar el Fueyo, por él hice alguna correría, en un tiempo ya lejano. Viví en un lugar cuyo nombre empezaba por “Robledo”, esta será una buena pista para algunos, y alguien me contó una anécdota que ocurrió en una celebración de la Fiesta del árbol en la cual el orador pronunció el siguiente discurso, no puedo asegurar la veracidad.
“El roble da hoja, el roble da bellotas, el roble da fuyacos. ¡Gritad conmigo, carajos fríos! ¡VIVA EL ROBLE!
¡Te parecen pocas razones!
Un abrazo.
La explicación del “in y el “on” es perfecta. Te felicito.
Sigamos por orden.
Sí, te tengo localizado. Has puesto la foto de tu casa, hay otra que se titula “tres generaciones” en la que reconocí al “ón”, luego, el barbado tenía que ser el “ín”, pero al que no puedo reconocer, porque nunca lo conocí con barba, es más, dejamos de vernos mucho antes de que nos naciera.
Pero hay una sonrisa que si reconocí, la del niño que está en el centro de la foto, y que yo había visto muchas veces, ya no tuve duda, es tu misma sonrisa cuando tenías sus años o a lo mejor unos pocos más.
Cuando me refiero a tu padre como el “ón” no es, de ninguna manera, en sentido peyorativo, todo lo contrario, admirativo. Cuando somos niños bajitos, todos los mayores se nos antojan gigantes, y para nosotros los “enanos”, son “hombrones” de ahí que sus nombres terminen en “on”.
Cuando me cruzaba con él, lo saludaba con mucho respeto, cosa que no hay ahora hacia los mayores.
Halo de misterio, dices. Estamos jugando a la gallina ciega tan mayores como somos. Tú dices que eres de la séptima decena, en una de tus intervenciones has dicho, las he leído todas, que naciste en el 47. Puedo decirte que soy anterior, pero no puedo, ni debo, responder al lugar del abastecimiento de agua porque dada la población de Folloso, el halo se rompería. Sería muy fácil.
¿Por qué Robledo?
Pués, que quieres que te diga. Cuando entras en este foro, al que por derecho perteneces, buscas un alias relacionado con él, y te encuentras que ya hay Carballo, Llamica, Peña de Valdevés, Guindales, etc. y piensas ¿y yo qué?.
Siempre me gustó el roble, me gustaba mirar el Fueyo, por él hice alguna correría, en un tiempo ya lejano. Viví en un lugar cuyo nombre empezaba por “Robledo”, esta será una buena pista para algunos, y alguien me contó una anécdota que ocurrió en una celebración de la Fiesta del árbol en la cual el orador pronunció el siguiente discurso, no puedo asegurar la veracidad.
“El roble da hoja, el roble da bellotas, el roble da fuyacos. ¡Gritad conmigo, carajos fríos! ¡VIVA EL ROBLE!
¡Te parecen pocas razones!
Un abrazo.