Bueno Raquel, tampoco es eso de que se te encoja el corazón, pero si te emociona un poquitín, estupendo. Lo de que los hombres no lloramos, es puro mito, más producto de la educación machista dominante en una sociedad impregnada de valores masculinos que de acercarse a la realidad. Cuando el zapato aprieta, todo el mundo se queja y se descalza. Yo vi emocionarse a mi padre cada vez que alguno de nosotros marchaba para un trimestre a la capital y para mi no era un signo de debilidad, de comportamiento femenino o de poca hombría, simplemente entendía que era la demostración de lo mucho que nos quería. Lo que se aprende de niño perdura en el tiempo.
Me alegro F. G. G. que aparezcas por este tu foro para decirnos que eres lector del mismo. Te lo agradecemos, pero te lo agradeceríamos más si también colaborases con alguna historia, personal o no, de la Lomba, de la Ñ o de la querida Asturias. Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero. De todas maneras, agradecido por pedir más recuerdos de este rapacín follosino.
Hola Vicky, cuidadín con esas setas, que tienen cierto peligro, no en sentido culinario estricto. Y no digamos si las mezclas con licor de piorno y cecina de guelfo. Bromas aparte, me alegro de saludarte, que últimamente tenemos muy poco contato foril.
Sí, Dany, algunos recuerdos son permanentes, pero tamizados por el tiempo, son suaves y nos ayudan serpentear para evitar los sofocones de las pendientes.
Un abrazo.
Me alegro F. G. G. que aparezcas por este tu foro para decirnos que eres lector del mismo. Te lo agradecemos, pero te lo agradeceríamos más si también colaborases con alguna historia, personal o no, de la Lomba, de la Ñ o de la querida Asturias. Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero. De todas maneras, agradecido por pedir más recuerdos de este rapacín follosino.
Hola Vicky, cuidadín con esas setas, que tienen cierto peligro, no en sentido culinario estricto. Y no digamos si las mezclas con licor de piorno y cecina de guelfo. Bromas aparte, me alegro de saludarte, que últimamente tenemos muy poco contato foril.
Sí, Dany, algunos recuerdos son permanentes, pero tamizados por el tiempo, son suaves y nos ayudan serpentear para evitar los sofocones de las pendientes.
Un abrazo.