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FOLLOSO: Hola El Carballo,...

¡Hola Peña y los demás!
Bueno, yo no entiedo mucho de mercados, sí veo su tiranía y el poder de la globalización. Hablo de la Lomba solo con la intención de poner de relieve un momento que juzgo supuso una serie de cambios importantes, y teniendo bien presente el arranque del Lazarillo, que justificaba su relato diciendo que para comprender bien lo que somos hay que explicar de donde venimos. No sé cómo se podría haber hecho una reconversión para no llegar a la situación actual. Soy pesimista en este aspecto porque donde no hay es imposible sacar, pero bueno creo que si ese despertar se hubiera producido antes no estarían en el suelo la mitad de las casas de Folloso. De acuerdo que los pueblos solo van quedando como segunda vivienda para los descendientes del lugar que han huido a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida y vuelven de vez en cuando empujados por el peso de sus raíces.
Hablando de marcas, Peña ¿Has vuelto a saborear una "reboja de pan con manteca (mantequilla)"? Yo en ninguna parte he podido probar algo que se le parezca, que le vamos a hacer, hay que coformarse con el recuerdo.
Me ha gustado lo de Egipto aunque les queda una ardua tarea, a ver si tienen suerte. Recordaréis la revolución de los claveles (25 de abril) en Portugal, yo andaba entonces por la Facultad con ambiente muy politizado y cuando alguien preguntaba y ¿vosotros qué? yo no sabía ni qué pensar lleno de pánico después de tantos años que me habían dicho no hablar de política ¡Qué poder los dictadores!
Mundico, buena sugerencia, pero yo entro y no encuentro a nadie. Una ayuda, imprescindible.
Peña, gracias, sigo disfrutando con los vídeos.
Salu2

Hola El Carballo,

Cómo no me voy a "alcordar" de una "reboja de pan con manteca".

A veces la hogaza estaba un poco descuadrada de tantas rebojas

que se habían sacado que la mamá me daba de "pedazo", y le ponía

un poco más de azúcar para matar el sabor acido del pan negro

y también me sabía a gloria. ¡Aquella manteca, bien amarilla, que

cuando se producía el milagro,

después de haber mazado el odre con compás y tiempo y empeza-

ban a flotar en el suero aquellas caracolillos amarillos, tersos,

brillantes y se reunían en sinfonía y formaban aquella "mazada" dura pero

suave, resistente pero moldeable, que quedaba en reposo lista para extenderse

sobre las rebojas!

A mi me gustaba sola, con azúcar, con la "toma" de chocolate

raspada en pequeñas tejas o losas o polvillo marrón sembrado en aquel

campo nutriente, o con filigranas dibujadas con los hilillos de

miel oscura y transparente extraída de los "fabos" de las

colmenas de la huerta de los guindales.

Son sabores que quedan grabados en nuestra memoria y

cuesta reconocerlos porque los tenemos idealizados, aunque

siempre hay cosas que nos los recuerdan. Es más fácil con

los olores que con los sabores porque hay muchísimos más

y se multiplican las posibilidades. El caso de la mantequilla

es casi imposible de encontrarla. Vacas especiales, alimentación

ecológica, proceo natural de elaboración. No la encontraremos.

Tienes razón con lo que les queda a los egipcios, yo también

les deseo suerte.

La revolución de los claveles para mi

fue un hito importante. Decirte que el verano del 74 me fui

a Lisboa con un compañero a ver la revolución de los claveles.

Vi Lisboa empapelada, mítines, megáfonos, reuniones, agitación,

vida, ganas de cambio, lucha por el poder, libertad de prensa...

Toda una atmósfera que yo deseaba vivir en mi país.

Llevaba direcciones de partidos y algún contacto. Una experiencia

bonita. A nosotros todavía nos quedaba dictador hasta noviembre del 75.

Un abrazo.